Las cifras dicen que el S&P 500 y el Nasdaq han caído un 10% y un 20% respectivamente en los últimos 12 meses de la mano de una estratosférica subida del precio del dinero que ha cogido a todos con el pie cambiado. No es ya que las acciones tengan competencia de toros activos después de muchos años de tipos cero; es que el coste de financiación de las empresas se ha disparado hasta niveles en algunos casos insoportables.
Ahí están las empresas tecnológicas, que están haciendo una oleada de despidos de larguísimo alcance. Microsoft acaba de anunciar la salida de 10.000 empleados, cerca del 5% de la plantilla. En paralelo, Amazon ha elevado a 18.000 el número de trabajadores que despedirá entre 2022 y 2023 y Salesforce dará salida al 10% de la plantilla.
Y, en el universo critpo, Coinbase prescindirá de cerca de 1.000 empleados. Otras firmas como Geminis han sucumbido al impacto del colapso de FTX y han presentado la bancarrota con más de 3.000 millones de dólares de deuda. Las rondas de financiación generosas y multimillonarias que hace apenas un año valoraban estas compañías a precios de oro se han evaporado como por arte de magia. Es hora de ser más pequeño, de ajustarse a la dura realidad del mercado.
Recesión glonal
Mientras el mundo debate si habrá recesión global de largo alcance o de poco recorrido, las empresas estadounidenses hacen un ejercicio de flexibilidad laboral de grandes dimensiones. También los grandes bancos de inversión, que han visto como la subida de los tipos de interés han reducido las operaciones apalancadas de los fondos de capital riesgo, sus grandes clientes de los últimos años. La caída de la actividad en los mercados hace el resto.
El gran icono Goldman Sachs se ha puesto a la cabeza del movimiento con el anuncio de la salida de 3.200 trabajadores, que representan alrededor del 6,5% de la plantilla. Más modesto es el ajuste de la mayor gestora de activos del mundo, BlackRock, que despedirá a alrededor del 2,5% de su fuerza laboral. Antes, Morgan Stanley había despedido al 2% de la suya. El tsunami de las tecnológicas ha permitido a los bancos rebajar el ruido de fondo de estos procesos.
¿Y Europa? Algunos analistas pronostican caídas del 20% no demasiado tarde después de un comienzo de año en el que las bolsas europeas están superando claramente a las estadounidenses. Si el Euro Stoxx 600 sube más de un 6% en lo que va de año, el Dow Jones sigue anclado en los mismos niveles a los que empezó el ejercicio. Lógico si se tiene en cuenta que las bolsas americanas lo han hecho mucho mejor en los últimos años.
Pero quizá no tanto si se valora que la zona euro está mucho más lejos de hacer la digestión de la subida de tipos. El Banco Central Europeo (BCE) empezó el proceso mucho más tarde, allá por el mes de julio de 2022. Aún tienen que recorrer gran parte del camino hecho por la Fed. Como las empresas, que se enfrentan a una temporada de resultados muy exigente, con el foco puesto en las previsiones para 2023.
“Vamos a ver sorpresas negativas que las bolsas hasta ahora están obviando. Habrá ‘profit warning’ y las empresas tendrán que ajustar su dimensión. Lo de Estados Unidos es un aviso para navegantes en Europa, porque la subida de tipos tiene un coste”, señalan fuentes bursátiles que creen que el minirally de enero en las bolsas no está justificado.
Ese coste también se traducirá en despidos. Los que correspondan a las divisiones tecnológicas europeas de las grandes tecnológicas y bancos de inversión estadounidenses y los que tengan que afrontar los grupos nativos de la zona euro. Pero a este lado del Atlántico la cosa va mucho más despacio, con regulaciones más restrictivas y menos flexibles que en Estados Unidos. Y con cierta complacencia, con la esperanza en que la recesión sea técnica, de corto alcance. Bank Of America y BMP ya han advertido del exceso de optimismo generalizado.
De momento, se sabe que Credit Suisse, inmerso en una gran crisis, planea despedir a 10.000 empleados. Es la punta del iceberg de un movimiento que en Europa viene con mucho retraso respecto a Estados Unidos. Mientras, el BCE cuenta los días que faltan para apretar el botón de una nueva subida de tipos el próximo 2 de febrero: salvo sorpresa mayúscula será de 50 puntos básicos hasta el 3%. Será sólo la primera de una primera mitad de 2023 que anticipa bastantes más movimientos.