Pocos son las casas de análisis que le confieren un alto potencial al gestor de las redes eléctricas en España más allá de los 17,5 euros por acción. Entre ellos RBC que recientemente han fijado su estimación de precio objetivo en los 20 euros por acción al apreciar un fuerte crecimiento de la base de activos regulados.
Por el contrario, cada vez impera un mayor pesimismo como es el caso de Deutsche Bank cuya última valoración se situaba en los 14 euros o de JP Morgan que no ve recorrido a la cotizada española más allá de los 16,5 euros a corto y medio plazo ante la falta de catalizadores que ofrece su negocio regulado.
Su principal atractivo es la retribución al accionista, pero la debilidad en el crecimiento de los beneficios y sin expectativas de crecimiento inorgánico internacional hace pensar que su rentabilidad por dividendo se mantendrá en el 5,5 % en 2023 y bajará al 5 % en 2024. En estas condiciones, los inversores pueden encontrar en el mercado español empresas más atractivas.
Factores que explicarían el perfil lateral-bajista que mantiene Redeia desde principios de 2021 sin que se observen signos de un posible cambio desde el punto de vista técnico.