La compañía ha fijado el próximo viernes 13 de enero como fecha a partir de la cual las acciones de la sociedad se negociarán sin derecho a participar en el dividendo, siendo el día 23 el último para solicitar la retribución en efectivo. El 31 de enero se procederá al pago y el 17 de febrero comenzarán a cotizar los nuevos títulos.
Una rentabilidad de algo más del 2 % que está animando a los inversores a dar el paso para tomar posiciones. Un posicionamiento que los expertos aconsejan sea a largo plazo para aprovechar la aceleración de los planes de desinversión previstos por el grupo para reducir su deuda neta de forma drástica dos años antes de lo previsto en el Plan Estratégico.
Las intenciones de Sacyr es poner ahora el foco en el negocio concesional, su actividad principal. Para ello está buscando vender el 49% de la división de Servicios y encontrar un socio inversor para el 49% de la filial de Agua. Además, mantendrá su actual política de rotación de activos concesionales, ya sea porque han dejado de ser estratégicos o por ser participaciones minoritarias, con el fin de equilibrar geográficamente la cartera de activos y mejorar la rentabilidad.
Algo que gusta al mercado en pleno proceso alcista de los tipos de interés. Esto y el incentivo del dividendo ha impulsado la cotización de Sacyr en más de un 4 % en este inicio de año, consolidando el perfil alcista mostrado desde el verano de 2021. Un movimiento que los expertos técnicos creen que puede tener continuidad tras superar importantes resistencias.