El debate en el Senado deja a Sánchez la posibilidad de hablar tantas veces como quiera intervenir sin limitación de tiempo para defender su proyecto, mientras que Núñez Feijóo solo dispondrá de 20 minutos, repartidos en dos intervenciones de 15 y 5 minutos para explicar su modelo energético y para dirigirse a la ciudadanía tratando de atraer su apoyo al modelo de gobierno popular.
Los populares contrarios a este primer cara a cara entre Feijóo y Sánchez en las condiciones que fija el reglamento del Senado, al margen de las habituales sesiones de control al Gobierno, argumentan que desde su llegada a la presidencia el pasado 2 de abril, se ha ido consolidando su alternativa en los sondeos, algo que se pone ahora en riesgo, entre otras razones por la desigualdad en la que van a competir en la Cámara Alta.
Insisten estas fuentes populares de que, en este caso, el tiempo para explicarse es muy importante. Ponen como ejemplo un reciente encuentro con periodistas especializados en asuntos europeos de un alto ejecutivo de una de las eléctricas líder del sector. Este ejecutivo empleó para hacer una introducción de las peculiaridades y complejidad del mercado energético europeo más de 45 minutos. Por lo que se preguntan como podrá lograr el presidente del PP explicar su modelo y a la vez responder a la propuesta del presidente del Ejecutivo en tan solo 15 minutos.
Añaden, además, que la Comisión Europea tiene previsto anunciar en los próximos días una modificación del sistema de fijación de precios en el sector. Lo hará con detalle su presidenta, Ursula von der Leyen, en el debate del miércoles 14 de septiembre, en Estrasburgo. Allí debe comparecer y debatir con los diputados del Parlamento Europeo sobre los retos y las prioridades para el nuevo curso político. El más grave de ellos es el posible corte de energía para particulares y empresas en el próximo invierno, sin descartar que parte de ellos haya que realizarlos incluso a partir del otoño si no cambian las condiciones de las relaciones con Rusia.
Reto mal diseñado
Y entre los argumentos de peso contra la iniciativa de Feijóo de retar al presidente sobre de política general, está la favorable evolución de los sondeos que darían la victoria al PP: Eso sí, con la necesidad de apoyarse en VOX si quisiera gobernar. Uno de los últimos sondeos en este sentido es el publicado este domingo por el diario ‘El Mundo’.
Según los datos elaborados por Sigma Dos, el PP conseguiría 45 escaños más que el PSOE, un total de 137, si se celebraran elecciones generales en este momento. Supone un incremento de un punto y medio respecto al sondeo anterior dado a conocer el pasado mes de junio.
Según esta encuesta realizada entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre, el partido que lidera Alberto Núñez Feijoo conseguiría el 31,7 % de intención de voto. Aumenta hasta los 7,5 puntos porcentuales su distancia respecto al PSOE, lo que se traduce en 45 escaños de ventaja.
Sería una diferencia suficiente para gobernar, dado que con los 46 de Vox superaría la mayoría absoluta establecida en 176 escaños, ya que sumarían entre los dos 183, pese al constante descenso de las expectativas electorales del partido liderado por Santiago Abascal. Desde febrero Vox cae desde el 20,8 % de intención de voto hasta el 14,6 %. Frente a la última encuesta, pierde ocho décimas y dos diputados.
La estimación de voto del PSOE en este caso alcanzaría el 24,2 %, que obtendría 92 escaños. Las expectativas de Unidas Podemos se mantienen en el entorno al 10,6 % de intención de voto, con 25 escaños, lo que haría imposible que se mantuviera en el poder la actual coalición gubernamental, ni siquiera con el apoyo de independentistas y nacionalistas.
Ciudadanos, sin representación
Por primera vez un sondeo elaborado por Sigma Dos pronostica que Ciudadanos se quedaría sin representación en el Parlamento nacional con solo un 1,8 % del voto.
Hasta ahora, Sánchez y Feijóo sólo habían tenido la oportunidad de debatir en público en las sesiones de control al Gobierno en el Senado, donde el líder del PP se estrenó como senador el pasado mes de mayo, tras asumir el liderazgo de su partido el pasado 2 de abril.
Con todos estos antecedentes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, protagonizan el próximo martes en el Senado un primer cara a cara de estas características para confrontar sus modelos de cómo abordar la crisis energética y para medir sus proyectos de gobierno en el inicio del curso político.
El consenso entre los analistas políticos habla ya de que se abre un perpetuo proceso de campaña electoral, pese a que todavía quedan 9 meses para que se celebren las elecciones autonómicas y locales el domingo 28 de mayo del 2023 y no menos de año y medio, si no se adelantan las elecciones, para las generales.
Con independencia de lo que suceda en el Senado, los partidarios del reto lanzado por Feijóo defienden la necesidad de que el líder popular vaya exponiendo ante la opinión pública su programa.
Consideran que, dada la todavía debilidad del equipo que rodea al presidente del partido, los errores deberán servir para consolidar el grupo de personas que llegado el momento asuma las responsabilidades de gobierno en un momento que de nuevo se presenta muy complejo para España, como para la globalidad del mundo. Y pese a los buenos resultados de los sondeos, el hecho es que Feijóo no cuenta en la actualidad con responsables conocidos y solventes en las principales áreas de Gobierno.
El próximo martes el reto para el líder popular vaya mucho más allá de quien resulte ganador de un debate que, por lo limitado de las condiciones del reglamento del senado, lamentablemente para los españoles, no servirá de mucho. La gravedad de la situación, en cambio, exige que tanto la oposición como el Gobierno demuestren que tienen ideas y proyectos para garantizar el bienestar de sus ciudadanos. La falta de resultados hasta ahora hace difícil creerlo.