La acción no tiene fuerzas suficientes para recuperar el nivel perdido de los 9 euros por acción. Lejos, bastante más lejos, están aquellos 10,5 euros previos a la histórica y polémica junta de accionistas en la fueron destituidos hasta cinco de los ocho consejeros independientes del grupo después del golpe de mano gestado por el Gobierno a través de la Sepi, el primer accionista de Prisa, Amber Capital, y la empresa vasca de defensa Sapa.
Desde entonces, Indra ha emprendido su particular viacrucis en Bolsa. Son bastantes las pequeñas y medianas gestoras que han bajado posiciones en el valor -algunas completamente, castigando la actuación de los tres accionistas- y otras muchas -excluidos las gestoras con mayores participaciones en el capital- las que se han puesto en modo de espera. ¿A qué aguardan? Por un lado, a la junta de accionistas extraordinaria en la que Indra debe recomponer el consejo. El objetivo es elevar el número de consejeros en catorce, de los cuales la mitad serán independientes.
Silencio de la CNMV
Pero, sobre todo, hay mucho temor a ese largo 'impasse' que supone que la CNMV no se haya pronunciado claramente acerca de si hubo concertación en la junta de junio. Porque en caso afirmativo, podría haber una OPA en ciernes. Pero el silencio institucional nunca es bueno y, paradójicamente, puede llegar a generar mucho ruido. Es decir, exactamente el contexto que más disgusta a los grandes inversores.
Ruido es lo que ya está haciendo Vox, que acaba de denunciar ante la Fiscalía Anticorrupción el cese de cuatro consejeros independientes de Indra con la justificación de la "inactividad" de la CNMV. Y el valor, que en junio volaba hasta cerca de 11 euros marcando los niveles más altos desde noviembre de 2021, está hoy deprimido con registros negativos superiores al 5% en lo que va de año.
"Es una compañía aparcada de momento en muchas carteras. El golpe de mano del Gobierno le ha hecho mucho daño en bolsa, pero claro, todo es cuestión de precio", aseguran en un gran 'broker' nacional en referencia a los movimientos que se han producido en los últimos días. Norges Bank, que fue muy crítico con los acontecimientos de junio, acaba de elevar su participación en Indra desde el 3,2% hasta el 3,6%.
Con estas compras, el fondo soberano noruego pone fin a las ventas realizadas durante los meses de junio y julio, e incluso ya tiene más títulos de Indra que cuando empezó 2021. Norges aparca por el momento las reticencias porque quiere perder la oportunidad de comprar a precios ya muy atractivos en un valor sin recomendaciones de venta y un potencial alcista estimado del 40% desde los niveles actuales.
Otro gran accionista internacional como Fidelity está aguantando la caída estoicamente. Incluso, elevó ligeramente en julio su apuesta por el valor acercando un poco más su participación al 10%. Por lo tanto, las dudas generadas por la exhibición de mal gobierno corporativo de junio chocan con el apetito que despierta una cotización en horas bajas.