Entre enero y junio, la empresa líder en tecnología para la verificación de la identidad digital de los usuarios ha presentado recientemente su avance de resultados, los mejores de su historia. Las ventas del grupo han crecido un 90 %, hasta los 7,86 millones de euros, disparando el Ebitda hasta cerca del medio millón de euros, lo que supone casi triplicar el contabilizado en igual período del año anterior.
Unas excelentes cifras sustentadas en su estrategia de internacionalización. la compañía ha seguido ampliando su estructura internacional reforzando su presencia en Latinoamérica con la apertura en marzo de FacePhi Latam, en Uruguay, segunda filial de la compañía.
A su vez, el grupo ha apostado este año por su expansión en Europa, Oriente Medio y África, constituyendo en mayo su tercera filial, FacePhi EMEA, en Reino Unido.
Con estas dos nuevas filiales y la que ya tiene en Corea del Sur desde 2019, FacePhi APAC, la tecnológica reafirma su apuesta por el proceso de diversificación geográfica y crecimiento.
A pesar de todo, ante las dificultades del entorno económico, los inversores están rotando sus posiciones desde los valores de crecimiento hacia sectores más “value” buscando la mayor tranquilidad de los beneficios y del dividendo en detrimento de las expectativas. Y eso está pasando factura al valor.
Las acciones de la cotizada en BME Growth caen cerca de un 40 % en el año. Ha pasado así de cotizar en torno a los 8 euros justo antes de la pandemia a los 2,5 euros por acción de la actualidad. Eso no ha restado optimismo a sus responsables, confiados en que tarde o temprano el mercado sabrá recoger todo su potencial.