Una importante referencia técnica que invitaba a mostrarse optimistas con vistas a esta segunda parte del año, aunque las recientes subidas han tenido el hándicap de haberse producido con bajos volúmenes de negocio.
El revulsivo de los mercados en esta época estival ha estado alentado por los positivos resultados empresariales con la gran mayoría de valores en línea o por encima de las expectativas. Los resultados publicados muestran crecimientos de doble digito en ventas y un estrechamiento de márgenes derivado del aumento de costes, pero que aun así permiten que los beneficios crezcan, aunque en menor medida que las ventas.
Los operadores, sin embargo, creen que será difícil sostener estas cifras en las actuales condiciones del mercado. Con el IPC en la zona euro en el 8,9 %, al BCE no le quedará otra salida que seguir subiendo tipos aun a riesgo de enfriar en exceso la economía con el consiguiente riesgo de recesión.
Por su parte la Reserva Federal insiste en mantener una línea dura en política monetaria, a pesar de los primeros síntomas de relajación de la inflación durante el mes de julio hasta el 8,5 %. Eso parece confirmar las previsiones de que estas subidas van a permitir controlar la estabilidad de los precios, pero a cambio amenazan con profundizar la recesión técnica en la que han entrado tras el cierre en negativo de los dos primeros trimestres del año
En este escenario macroeconómico también tendrá un papel fundamental el precio del petróleo. El mercado se ha visto tensionado en estos días con una alta volatilidad al juntarse el temor a una caída de la demanda ante la debilidad económica mundial, en especial de China, y la posibilidad de un aumento de la oferta en los próximos meses si Irán firma finalmente el acuerdo de no proliferación nuclear con Estados Unidos que le permitiría reanudar sus exportaciones.
En estas condiciones, y a la espera de las conclusiones en el foro de Jackson Hole de grandes banqueros centrales, los inversores han optado por una lógica recogida de beneficios que ahora pone en duda la posible continuidad de la tendencia alcista vivida en el arranque de este mes.
Calendario semanal de Bolsa
La tradicional reunión veraniega de los principales banqueros centrales del mundo en Jackson Hole, prevista del 25 al 27 de agosto, centrará buena parte de la atención de los mercados esta semana que entra. Este año, el foro cobra especial relevancia ante el endurecimiento de la política monetaria iniciado en los últimos meses para contener la inflación. Todo el mundo es consciente de que los acuerdos que se adopten en política monetaria serán claves en la agenda del próximo año.
En cualquier caso, los inversores no deberán de perder de vista los indicadores económicos que se publicarán en los próximos días.
Este lunes, de momento, se lo podrán tomar con cierta calma ante la ausencia de grandes referencias económicas internacionales.
La semana se agitará a partir del martes. Este día se darán a conocer los datos de actividad PMI manufacturero en las principales economías del mundo. Este día se esperan además la confianza de la zona euro y la venta de nuevas viviendas en Estados Unidos.
En la sesión del miércoles, la atención se focalizará en las viviendas pendiente de venta y los pedidos de bienes duraderos en Estados Unidos. El sector inmobiliario y de construcción de Estados Unidos viene mostrando una preocupante desaceleración en los últimos meses ante las mayores dificultades económicas para acceder a la vivienda.
En la agenda financiera del jueves destacarán los precios de producción en España, así como el PIB de Alemania y Estados Unidos. Desde Alemania también llegará el índice IFO de confianza empresarial que también estaría mostrando un preocupante deterioro.
La semana bursátil se cerrará el viernes con los datos de inflación en Japón, la confianza consumidora GFK en Alemania, la masa monetaria M3 en la zona euro, que permite observar las tensiones inflacionistas en Europa, y los ingreso y gastos personales y la confianza consumidora de la Universidad de Michigan.