Esta adquisición en octubre de 2020 supuso un espectacular rally alcista que llevó al grupo controlado por la multinacional Paragon a multiplicar su precio casi por cinco en apenas un mes. El mercado especuló en aquel entonces con un importante giro en la estrategia de diversificación y crecimiento del grupo de reprografía y soluciones gráficas.
Conforme ha ido pasando el tiempo, sin embargo, se ha ido produciendo un constante goteo vendedor ante la decepcionante trayectoria financiera de la sociedad. La aportación más destacada de Scytl en los últimos meses ha sido un contrato adjudicado por el Consejo Electoral de los Países Bajos (Kiesraad) para construir, gestionar y mantener el sistema de apoyo al voto digital del país, conocido como DHV durante los cinco próximos años.
En general, un pobre balance que explicaría por qué los accionistas vuelven a dar la espalda a la compañía. Su cotización pierde casi un 20 % en el año y se sitúa por debajo de los 0,6 euros por acción. Se trata de su nivel más bajo desde la adquisición de Scytl.
Ahora, apuntan los expertos técnicos, hay que comprobar si logra encontrar soporte en este nivel, como así parece que está sucediendo, o se abre un nuevo gap bajista hacia cerca de sus mínimos absolutos registrados a principios de octubre de 2020 por debajo de los 0,3 euros por acción.