La mi­nistra pro­mete so­li­da­ridad con Europa pero no a costa de los do­més­ticos y el sector in­dus­trial

El lobby de la industria fuerza al Gobierno a que Bruselas exima a las empresas del recorte del gas

Las ocho grandes pa­tro­nales ha­bían en­viado una carta muy dura a la vi­ce­pre­si­denta Ribera

Industria bienes equipo.
Industria bienes equipo.

Pedro Sánchez tiene una pa­tata ca­liente con las grandes in­dus­trias ante el re­corte del 15% en el con­sumo de gas que Bruselas plan­tea. Las em­presas que de­penden “inexorablemente” del gas se oponen ta­jan­te­mente a una me­dida de este tipo, lo que ha obli­gado a la vi­ce­pre­si­denta ter­cera y mi­nistra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, a ase­gurar que los con­su­mi­dores do­més­ticos y las in­dus­trias es­tarán “exentos” del ajuste pre­visto en el abas­te­ci­miento.

La Alianza por la Competitividad de la Industria Española ha enviado una carta a Ribera muy dura antes de que la Comisión Europea anunciara el ajuste del 15% en el consumo de gas para todos los países comunitarios en caso de emergencia. De momento, la medida es voluntaria pero Bruselas impondrá la medida de forma obligatoria en el caso de que haya alerta en la seguridad de suministro de gas.

Es decir, que pudiera haber ajustes si las circunstancias de algunos países lo requieren. Estas limitaciones, con algunas excepciones como los consumidores domésticos y grandes industrias, entrarán en vigor desde el 1 de agosto próximo hasta el 31 de marzo de 2023.

En la Alianza por la Competitividad, están incluidas la patronales Anfac y Sernauto (Automoción), AOP (Refino), Aspapel (Papel), Feique (Química y Farmacia), Fiab (alimentación y bebidas), Oficemen (Cemento), Primigea (materias primas minerales) y Unesid (Siderurgia). Estas ocho patronales generan el 55% del Producto Industrial Bruto en España y cuatro millones de empleos directos e inducidos. Representan además el 60% de las exportaciones industriales y el 60% de las inversiones en I+D+i. La cifra de negocio asciende a 370.000 millones de euros anuales, equivalentes al 65% de toda la industria.

El conjunto de estas cifras demuestra la fuerza que el sector industrial ejerce sobre el Gobierno al exigir a Sánchez que se “oponga frontalmente a la nueva medida regulatoria de la Comisión Europea”. La Alianza matiza que ofrece al Gobierno su apoyo en todo lo que considere necesario para “defender los intereses de España y oponerse a esta propuesta” por una serie de razones.

Razones y argumentos de peso

De entrada, las grandes industrias consideran que, “no tiene sentido imponer reducciones de consumo de gas en todos los países por igual, independientemente de su situación particular y de que el gas no consumido pueda o no ser exportado y consumido por otros países de la Unión”.

En segundo lugar, estiman que forzar paradas industriales en países en los que no es necesario, “agravará la escasez de productos esenciales en toda Europa y aumentará el impacto económico de la crisis, poniendo en riesgo el funcionamiento toda la cadena de valor de la economía europea”.

En tercer lugar, advierten de que los consumidores de gas españoles, domésticos e industriales, “vienen financiando desde hace años unas inversiones en infraestructuras de gas, precisamente para reducir el riesgo de dependencia de un solo país suministrador”.

Ribera sale al paso de la presión

Ante el grado de presión de la Alianza por la Competitividad, la ministra para la Transición Ecológica ha salido al paso y ha asegurado que “España va a ser solidaria con el resto de Europa”, señalando que “nuestra solidaridad es mucho más útil, si podemos hacer uso de nuestras infraestructuras para poder aportar gas al resto de los europeos, pero no a costa de unos consumidores domésticos e industriales, que vienen pagando desde hace mucho unas facturas muy elevadas, por ser precisamente una isla energética”, ha subrayado.

La propuesta de la Comisión plantea, en un principio, asegurar el suministro a los hogares, hospitales e industrias críticas para el funcionamiento de la economía y la competitividad de la UE. Bruselas insta, sin embargo, a sustituir el gas por otros combustibles y ahorrar energía, con el objetivo de aumentar las reservas de cara el invierno.

Precisamente, la empresa rusa Gazprom ha enviado una misiva a los clientes de que puede no garantizar el suministro de gas por circunstancias “extraordinarias” e invoca la cláusula de fuerza mayor que permite a una empresa eximirse de sus obligaciones contractuales.

El gigante ruso interrumpió la pasada semana el suministro de gas alegando trabajos de mantenimiento en las instalaciones del gasoducto Nord Streams, que conecta Alemania con Rusia a través del mar Báltico. Este ramal es considerado el más importante para el transporte de gas a la región centroeuropea.

“Rusia nos está chantajeando y está usando la energía como arma. Por eso, sean parciales o totales los cortes, Europa necesita estar preparada”, ha declarado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula van der Leyen, en la presentación de la iniciativa ‘Ahorrar gas en invierno’.

Von der Leyen ha acusado al Kremlin de iniciar la presión en la guerra de Ucrania, reduciendo el suministro a Europa meses antes de la invasión y ha apuntado que, en este momento, la UE “recibe menos de un tercio” del flujo de gas que recibía de Rusia en el mismo periodo del año anterior.

Artículos relacionados