En estos días, Sacyr ha procedido a la venta de las acciones que aún le quedaban de la petrolera, un 2,9%, así como los derivados de venta asociados de cobertura. Algo que en general esperaba el mercado, pues esta posición no aportaba nada al core de negocio de Sacyr.
Con esta desinversión, la compañía amortiza íntegramente su deuda asociada en un importe de 563 millones de euros, obtiene unos fondos netos de 58 millones de euros, que se dedicarán a la disminución de la deuda con recurso de la sociedad, e incrementa su patrimonio en 40 millones de euros.
Una noticia sin demasiado impacto sobre la cotización del grupo. En este sentido, los expertos de Bankinter han reiterado su recomendación de comprar Sacyr, con un precio objetivo de 3,41 euros, lo cual supone un potencial de revalorización del orden del 30% desde su precio actual.
La firma recuerda que "desde hace varios trimestres, el grupo ha estado reduciendo su participación en la petrolera a medida que iban venciendo los derivados de cobertura de su posición, por lo que no resulta sorprendente este anuncio de la salida final del accionariado".
De hecho, "la constructora se ha podido beneficiar a lo largo del último año de la progresiva mejora de los precios de la acción de Repsol y finalmente termina su desinversión generando plusvalías con los derivados al entrar en valor las opciones”.
Las acciones de Sacyr cotizan en la actualidad en torno a los 2,6 euros con una revalorización del 20% en el ejercicio. Y, lo más importante, con un perfil alcista tras romper varias barreras técnicas importantes que sitúa al valor en el camino para alcanzar su mejor nivel desde 2014.