El simple anuncio de una po­sible vuelta a la re­mu­ne­ra­ción in­quieta a la com­pe­tencia

El tímido cambio de estrategia para primar cuentas de ING revuelve a la banca española

Los ex­pertos creen que puede ser el punto de in­fle­xión en la ren­ta­bi­lidad de estos pro­ductos

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El ico­no­clasta ING sólo ha ne­ce­si­tado una señal de aviso para poner en guardia a sus grandes com­pe­ti­dores en el mer­cado es­pañol. La en­tidad de origen en los Países Bajos se ha li­mi­tado a señalar que está abierta a la po­si­bi­lidad de volver a re­mu­nerar la em­ble­má­tica ‘Cuenta Naranja’, que fue su gran puerta de en­trada en España y que en tiempos ya muy re­motos de la guerra del pa­sivo llegó a pagar un 5%. Ahora, hasta nuevo aviso, está ofre­ciendo un más que exiguo 0,01%.

La declaración de intenciones de Ignacio Juliá, consejero delegado de ING para España y Portugal, puede suponer según los expertos un antes y un después. Todo dependerá del cuánto de esa posible subida de los tipos de la 'Cuenta Naranja', y también de los tiempos, porque no se producirá hasta que el Banco Central Europeo (BCE) consume la subida de los tipos de interés que dejará atrás el actual -0,50% de la facilidad de depósito.

Es cuestión de tiempo, porque el movimiento empezará el próximo mes de julio y se prevé que pueda ganar mucha velocidad en un escenario de inflación disparada en Europa y riesgos cada vez más visibles de recesión. En realidad, todos los grandes bancos españoles no quieren ni oír hablar de retribuir el pasivo, con el coste que esa decisión supondría para su margen de intermediación. Por eso resulta tan incómoda la posible irrupción de ING.

Hasta ahora, los movimientos en cuentas se han ceñido a unos pocos bancos medianos con poco potencial para captar muchos clientes. Pero ING es otra cosa. Cerró un ejercicio de 2021 muy bueno, con un beneficio antes de impuestos de 267 millones de euros, un 70% más que en 2020. Ha recuperado por lo tanto los niveles pre pandemia y ha reducido las provisiones un 35% hasta niveles inferiores ya a los 100 millones de euros.

“Pero lo más importante es que el año pasado fue capaz de captar más de 300.000 nuevos clientes para su cuenta nómina a pesar de las remuneraciones cero y del comienzo de una nueva era en la que ha empezado a cobrar comisiones rompiendo así una de sus señas de identidad desde que llegó a España. Si empieza a pagar por la ‘Cuenta Naranja’ se puede convertir en un competidor temible. Nos obligaría a replantearnos la estrategia”, señalan en fuentes de la competencia.

Como mínimo, el aviso de ING ha generado inquietud en un sector donde el nivel de competencia en cuentas es mínimo. Entre los bancos del Ibex 35, sólo marca diferencias Bankinter con su cuenta al 5% el primer año y el 2% el segundo. La gran bandera comercial de la entidad sigue siendo una gran puerta de entrada de nuevos clientes, pero hay que recordar que el saldo máximo en cuenta máximo remunerado por este producto es de 5.000 euros.

Remuneración muy discreta

Una limitación que hace que la remuneración neta final sea discreta, en un momento en el que -muy poco a poco, en cualquier caso- otras entidades empiezan a moverse. Por ejemplo, Orange Bank acaba de anunciar que eleva el saldo medio remunerado de su cuenta de ahorro al 0,5% desde los 40.000 hasta los 100.000 euros. Será a partir del 1 de julio, cuando con el comienzo de semestre otras entidades pueden entrar en la batalla.

“Hasta ahora sólo se han disparado balas de fogueo, pero si ING entra en juego con una remuneración significativa se podrá decir que empieza el partido en serio. Es un banco muy respetado por las entidades españolas, que ya ha demostrado una enorme capacidad para competir en segmentos como el del ahorro o, esta última época, en el mercado hipotecario”, señalan en el sector.

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