Galán dedicó una breve intervención a repasar los resultados de 2021 y se limitó a responder a las preguntas de los accionistas. Ninguna de las interpelaciones se refirió al ‘caso Villarejo’.
La asamblea aprobó el pago de un dividendo complementario de 0,27 euros por acción con cargo a los resultados de 2021 que, unido a los 0,17 euros abonados, elevan la retribución a 0,44 euros por título, un 5% más. Galán ha logrado el objetivo de que la asamblea contase con el 98% de apoyo con un quórum de más del 72%.
El presidente había ofrecido un dividendo extra de 0,005 euros si el quorum de asistencia alcanza el 70%. La eléctrica se convierte así en la primera empresa del Ibex 35 que premia a sus accionistas en el evento más importante de la compañía.
La apuesta por EEUU
Galán respondió a una de las preguntas más comprometidas de los accionistas sobre las intenciones de la empresa tras el fracaso de la compra de la empresa de Texas, PNM Resources. El máximo ejecutivo de la eléctrica dijo que tenían la confianza plena de poder cerrar la operación en los próximos meses. “Tenemos todos los permisos estatales y federales excepto uno, que está recurrido. Esperamos que en los próximos meses tengamos la operación concluida”, aseveró.
El presidente de la utility señaló además que Estados Unidos es uno de los países donde la energética tiene un enorme interés en invertir en las energías renovables, con parques instalados Estados y unas inversiones de varios miles de millones de dólares.
Galán anunció durante la junta que las perspectivas del año para 2023 son registrar unos beneficios de entre 4.000 y 4.200 millones de euros. En 2021, los beneficios ascendieron a 3.855 millones, un 8% más. Iberdrola ha logrado en el primer trimestre del año un beneficio neto de 1.058 millones de euros, lo que supone un crecimiento de un 3% respecto a igual periodo de 2021. El aumento de los negocios internacionales ha compensado la caída de España que se ha saldado con un descenso del 29% debido a los altos precios de la energía.
La eléctrica ha señalado que el 80% de la electricidad vendida a los clientes del mercado libre de Iberdrola está pactada a precios que se sitúan entre la mitad y un tercio inferior a los precios de la tarifa regulada. Por tanto, el crecimiento en los negocios internacionales -un 33% de la filial estadounidense Avangrid, y un 20% de la brasileña Neoenergía-, han salvado los resultados del primer trimestre del año. La contribución de España representa ya menos de un tercio del resultado de la utility.
El presidente de la eléctrica ha defendido que Iberdrola tiene un modelo de negocio resiliente en el corto y medio plazo. Cuenta con una alta diversificación, ya que un 70% del negocio bruto procede del exterior, una sólida estructura financiera -el 80% de la deuda es a tipo fijo y largo plazo-, y compras con precios cerrados para 2022, evitando así las tensiones actuales de las materias primas.
Uno de los problemas de la compañía es la deuda que tiene ya que supera los 37.000 millones de euros. A pesar de ello, la liquidez del grupo sobrepasa los 21.000 millones de euros, que permite cubrir las necesidades de financiación de la eléctrica durante 22 meses.
En un contexto inflacionista como el actual, la compañía cuenta con el 80% de su deuda financiada a plazo fijo. “Uno de los temas clave de la compañía es el coste de capital y apostamos siempre por los tipos fijos. Se nos ha acusado siempre de conservadores”, señaló Galán cuando presentó los resultados del primer trimestre ante los analistas.