Los ges­tores creen que el Nasdaq está abo­cado a meses de vo­la­ti­lidad y miedo

Las ‘big tech’ amenazan con ‘boicotear’ Wall Street el año

Amazon dis­para el temor con unos re­sul­tados te­rri­bles que in­cre­mentan las dudas

Nasdaq
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Los re­sul­tados tri­mes­trales de las grandes tec­no­ló­gicas es­ta­dou­ni­denses acaban de poner sobre la mesa con un inusi­tado rea­lismo la fo­to­grafía fija más te­mida por in­ver­so­res, ges­tores y ana­lis­tas: las ‘big tech’ tam­bién están pa­gando a precio de oro los pro­blemas de­ri­vados de una in­fla­ción dis­pa­rada -el úl­timo dato del 8,5% es el mayor en cuatro dé­cadas en la pri­mera eco­nomía del mun­do-y de la es­casez de ma­te­rias pri­mas.

La asfixia financiera no es cosa sólo de los fabricantes de productos tradicionales a los que los costes se les disparan en el escenario más difícil posible.

Tanto es así que en Wall Street ya han certificado el fin de la era de los crecimientos -salvajes en muchos casos- de los beneficios de las tecnológicas. El viento de cola que generó el estallido del coronavirus por el brutal aumento del consumo de Internet y del comercio electrónico ha dejado de soplar. Ahora, y es difícil medir durante cuánto tiempo, las ‘big tech’ y el conjunto del sector se enfrentan a los mismos problemas de cualquier empresa tradicional: garantizar los suministros y adecuar los costes laborales a la realidad del mercado.

Los resultados de Amazon publicados el último viernes han puesto en alerta máxima a los mercados. El gigante del comercio electrónico ha sufrido su primera pérdida neta en siete años, de más de 3.650 millones de euros, superando las previsiones más negativas. Y aunque ha mantenido el volumen de ingresos en línea con las expectativas, hay una cifra que ha roto todos los esquemas de los analistas. Son los 6.000 millones de dólares en los que se ha incrementado el coste operativo en el primer trimestre.

Una cifra sencillamente inasumible que obliga a Amazon a ahorrar donde siempre ha sido una empresa muy generosa. Toca hacer tijeretazo de costes puro y duro. “El problema es que estas compañías van a empezar el proceso de ajuste ahora, y eso significa que a corto plazo no se verán mejoras sustanciales. Por lo tanto, las tecnológicas van a estar todo el año en el punto de mira del mercado, que les va a hacer un seguimiento muy estrecho porque las cuentas no salen”, señalan fuentes bursátiles.

La gran cuestión ahora es hasta qué punto están descontadas las malas noticias en los precios del sector. El índice Nasdaq pierde alrededor de un 20% en lo que va de año, pero la realidad es que las cuentas del primer trimestre han provocado momentos de máxima incertidumbre que están obligando a los gestores a rehacer sus estrategias. Ahí está el caso Meta -antigua Facebook- que tras el histórico desplome de febrero no levanta cabeza: pierde más de un 30% en lo que va de año.

Apple y Microsoft**

Es verdad que no todo es tristeza en las cuentas del sector. Apple y Microsoft sí han conseguido elevar sus beneficios de forma significativa respecto a los estratosféricos niveles precedentes, pero en el caso de la primera hay una amenaza latente de primer orden, porque la escasez de semiconductores tendrá un impacto entre los 4.000 y los 8.000 millones de dólares en las cuentas del próximo trimestre. Por lo tanto, vienen curvas para un sector en el que están impactando también los últimos cierres en China.

Los problemas son serios. El crecimiento de los ingresos de Meta ha sido el más bajo de la historia, y ya se ha encendido la alarma respecto a una primera caída trimestral a corto plazo. Facebook está sintiendo la competencia de TikTok -Zuckerberg ha contraatacado con Reels, un proyecto cuyo futuro inmediato es aún una incógnita-, en un momento de competencia nunca vista. Los expertos creen que la plataforma china superará a SnapChat y Twitter -esta última en pleno proceso de adquisición por parte de Elon Musk- en ingresos este mismo año y que hará lo propio en 2024 con Youtube. Todo ello en un escenario general de caída de los ingresos.

Alfhabet (la matriz de Google) ha visto cómo sus beneficios caen un 8% en el primer trimestre y cómo los ingresos se quedaban por debajo de las previsiones, pero sería un error achacar su debilidad en bolsa sólo a las cuentas. El desplome en el parqué es terrible este mes de abril, en el que dueño de YouTube ha perdido más de 200.000 millones de euros de valor en bolsa, gran parte de ellos antes de resultados. “La subida de tipos acerca a los inversores a valores seguros, de alto dividendo, y los aleja de los de crecimiento”, aseguran en una gran gestora nacional.

Otros grandes del sector como Snap o Nexflix también están sufriendo los rigores de este nuevo escenario en forma de caída de los ingresos por publicidad o de suscriptores dentro de un proceso que amenaza a todas las bolsas mundiales. “Que estos gigantes sufran condena a Wall Street a meses duros, con el consiguiente efecto contagio para todos los mercados mundiales. Hay una enorme dependencia del mercado estadounidense y queda claro que vienen meses de muchas curvas”, señalan en las mismas fuentes.

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