Estas empresas son solo la punta del iceberg de un negocio en el que actualmente trabajan 150 empresas que dan empleo a más de 5.100 personas en la comunidad. Compañías, a tenor de estos buenos números, que en los últimos tiempos han reforzado su esfuerzo a la hora de poner en marcha nuevos aerogeneradores; necesarios dentro del sector de la energía sostenible que cada vez tiene más presencia en la economía.
Euskadi, la niña bonita del viento
A esto hay que sumar el reciente interés de otras empresas, como es el caso de Euskal Haizie y Green Capital Development, por levantar sendos parques eólicos; uno de ellos en Vizcaya y el otro en el monte de Miritxa, en la frontera entre Álava y Guipúzcoa. Así, de estos dos proyectos privados, el vizcaíno adquiere más importancia ya que contempla ocho aerogeneradores con una potencia acumulada de 49,6 megavatios.
Por su parte, el impulsado por Green Capital Development pretende instalar seis aerogeneradores con una potencia total de 27 megavatios.
Y es que la decisión de apostar por tierras vascas no es algo tomado al azar. En este caso confluye la circunstancia de que Euskadi cuenta con lugares donde el viento es favorable y por tanto se dan unas capacidades y premisas que permiten ubicar parques eólicos eficientes.
Transición energética
Soplan, por tanto, buenos tiempos para la eólica en Euskadi. Una buena racha que confirman desde el propio ejecutivo vasco que considera “imprescindible”, en palabras de su consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, acelerar todo lo posible la transición energética en Europa.
Un camino donde la meta se encuentra en las fuentes de energía renovables como la eólica, la fotovoltaica o el hidrógeno verde. Precisamente, el anuncio de estos nuevos proyectos que tienen intención de ponerse en marcha (y unirse a los ya existentes en el sector eólico vasco) confirman esta senda que también se traduce en una oportunidad de desarrollo tecnológico y de desarrollo industrial, así como de reactivación de la economía y de generación de empleo. Algo que no es baladí si se tiene en cuenta que el impulso a esta energía renovable llevaba más de una década estancado.
Pero esta actualidad no solo se ve con buenos ojos desde el punto de vista económico, también desde el prisma medioambiental y de lucha contra el cambio climático. Un sector como el eólico que, para el ejecutivo que preside Iñigo Urkullu, entra dentro de los objetivos marcados de cara al año 2030 en este sentido: conseguir que la cuota de energías renovables represente el 20% del consumo final en Euskadi dentro de 8 años.
Un largo camino hacia la sostenibilidad
La intención es buena, tanto en Euskadi como en el resto de España y Europa. Prueba de ello son las inversiones realizadas el pasado año en parques para generar energía eólica renovable en la zona europea y que se acercan a los 41.000 millones de euros. Inversión que sobre todo se hizo en países como Reino Unido (9.400 millones de euros), Alemania (8.000 millones), Francia (4.600 millones), España (3.200 millones), Suecia (3.200 millones) y Finlandia (2.800 millones).
Sin embargo, el camino a recorrer todavía es largo y esa apuesta queda lejos de donde Europa en su conjunto necesita estar para alcanzar sus nuevos objetivos de cambio climático y seguridad energética.