Y ya está obligando al Gobierno a admitir que las cosas no van tan bien. Comienza la lucha por quien controla los mensajes.
Por ello, y pese a todas las crisis que se están combinando en el ámbito económico, agudizadas por la mayor duración de lo previsto de la guerra de Ucrania, el Gobierno quiere transmitir un mensaje de optimismo. Para el Ejecutivo de Pedro Sánchez el crecimiento económico y la recuperación del empleo en nuestro país están garantizados este año y el próximo. Y así lo va a dejar por escrito en las previsiones económicas que enviará a Bruselas esta misma semana.
Los equipos de la vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño y de la Oficina Económica de Presidencia, tienen ultimado el proyecto al que solo le falta el visto bueno final que, previsiblemente, le dará el consejo de ministros del martes 26 para evitar un Consejo extraordinario.
Pese a la importante corrección de las previsiones, el Gobierno quiere vender optimismo. En Moncloa se repite una y otra vez el mensaje ya elaborado por el exvicepresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que el pesimismo no resuelve problemas. Así, la consigna a la hora de vender la rectificación a la baja de las previsiones presupuestarias es que España va a liderar el crecimiento en Europa.
Aunque unánimemente todos los organismos que analizan la situación de la economía y de los mercados españoles han corregido drásticamente nuestras cuentas y advierten de los riesgos de los mercados, la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, insiste en destacar la recuperación española. La califica de muy intensa y dice que la evolución del mercado de trabajo de muy positiva. Además, en todas las ocasiones en las que se ha manifestado en las últimas 48 horas, ha querido hacer hincapié en que España será uno de los países de mayor crecimiento este año en la UE, muy por encima del resto de las economías desarrolladas.
Reunión del FMI de primavera
Pero el Gobierno ha tenido que aprovechar la reunión de primavera del Fondo Monetario Nacional y del Banco Mundial para, tras tener que admitir una importante rebaja en sus previsiones de crecimiento económico para este año, reiterar el mensaje de que somos los que mejor parados salimos de esta situación. Creceremos más que los demás, después de haber liderado la caída, dejando todavía nuestros niveles de PIB por debajo de los conseguidos antes de la pandemia. Solo algún otro país de las consideradas grandes economías del mundo, caso de Rusia, está en circunstancias similares.
El Gobierno ya ha dado pistas de por dónde irán las previsiones: un crecimiento del 4,8 % para este año y del 3,3 % para el año que viene. Calviño así lo decía el pasado jueves en Washington estimando que el próximo cuadro macroeconómico que presente el Ejecutivo de Pedro Sánchez tendrá cifras similares a las del FMI, aunque admitía que podrían incluso empeorar. La frase de la vicepresidenta primera del Gobierno era que “los pronósticos están sujeto a una intensa incertidumbre y con riesgos importantes a la baja”.
Con todo, la rectificación del FMI a la previsión del Gobierno es muy importante. Washington rebaja en un punto su propio previsión de crecimiento económico para España este año, que estima en el 4,8 %, y reduce también la de 2023 en medio punto, que considera que crecerá el 3,3 %. Si esta distancia es relevante frente a su anterior previsión, todavía lo es más frente al último cuadro que el Ejecutivo envió a Bruselas y que hablaba de un crecimiento del 7 % para este año y del 4,4 % para 2023.
El Ejecutivo español insiste en presentar estas previsiones como muy positivas si se compra con la rectificación que se hace en las estimaciones de los demás países europeos, sobre todo de Alemania a Italia. En su proyección, el Fondo estima para Alemania un crecimiento del 2,1 % en 2022, 1,7 puntos por debajo de su estimación anterior, y del 2,3 % para Italia, un punto y medio menos de su pronóstico anterior.
La rectificación de la previsión para Francia es más moderada. Con un crecimiento del 2,9 % en 2022, la rebaja es de 0,6 puntos porcentuales. Para el 2023 deja el crecimiento para el país galo en un 1,4 % en 2023, frente al 1,8 % que había pronosticado en enero.
La gran confesión: “No sabíamos las consecuencias de imprimir dinero”
Pese a la importante rebaja de las previsiones del FMI y sus advertencias de las grandes incertidumbres que todavía se ciernen sobre la recuperación económica mundial, la sorpresa ha sido mayor por las declaraciones de Kristalina Georgieva sobre la emisión de dinero y la inflación incontrolable.
En declaraciones a la cadena especializada en economía y finanzas, CNBC, reconocía que hay demasiado dinero en circulación desde 2020, algo que ha generado una inflación generalizada en el mundo, incluidos países del primer mundo en Europa y Estados Unidos que tanto luchan por contener el aumento de los precios.
Georgieva cree que no se está prestando atención suficiente a las consecuencias no deseadas de las decisiones tomadas por los bancos centrales. Aunque sus decisiones tienen objetivos concretos, confiesa Georgieva que más tarde tienen que luchar para resolver los impactos no pensados ni deseados que producen.
Según la directora gerente del FMI los responsables de imprimir dinero “no pensamos bien en las consecuencias de todo esto”, de lo contrario según ella reconoce “habría informado mejor por adelantado sobre el posible impacto”.
Sorprendentes declaraciones de una líder mundial, economista formada en Harvard. Un grupo de analistas atribuía a estas palabras la agudización de los recortes de los mercados de la pasada semana en la que Wall Street ha vuelto a cerrar a la baja.
Los inversores están ahora pendientes de la respuesta que dé el presidente de la FED, Jerome Powell, tras la reunión de su consejo de Gobierno del próximo día 4 de mayo. Aunque ya estaría admitiendo, en parte, algunos de los argumentos de Georgieva.
Powell adelantaba en su intervención en una mesa redonda organizada en el marco de la asamblea de primavera del FMI y del BM que una posible subida de los tipos de interés de 50 puntos básicos será algo que esté sobre la mesa.
Mientras tanto hay que anticipar otra semana de incertidumbres. En el ámbito internacional, la reacción más esperada es que los mercados se muevan sin tendencia definida, pero confirmando la corrección que se está produciendo sobre los máximos fijados por Nueva York.
En el ámbito nacional junto a la rectificación de las previsiones del Gobierno, también se espera conocer la respuesta que dé el Ejecutivo al plan de medidas urgentes sobre la economía española que le ha planteado el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
La propuesta de consenso favorece a Feijóo, que semana a semana araña porcentajes de voto ante unas eventuales elecciones. Pero puede que estas mismas razones sean las que lleven al presidente del Gobierno a desechar ese consenso con el PP de previsiones imprevisibles para la permanencia en Moncloa de Pedro Sánchez.