Nadal ha intervenido junto al ex ministro del PSOE de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, en unas jornadas sobre “Política y Transición Energética”, organizadas por la Fundación Naturgy y el IESE, en la que ambos políticos han puesto en contexto los riesgos y las exigencias que ha generado la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Una circunstancia que obligará a replantear algunos aspectos de los objetivos de Bruselas para afrontar el proceso de cambio climático, nacido en París.
Demasiados frentes abiertos
¿Qué hacer con los ingresos por los derechos de CO2. ¿Hay que volver a pensar en el carbón? ¿Qué riesgos conlleva limitar el precio de la luz a 180 euros el megavatio hora?, se ha preguntado Nadal en su exposición.
Y es que, para el ex ministro de Energía del PP, la guerra de Ucrania ha pillado a Europa con muchos problemas pendientes por resolver, alguno de los cuales han venido derivados por la pandemia que ahora se han puesto encima de la mesa. Otros han explotado ahora, y que Rusia venía preparando desde la invasión de Crimea, en 2014. La falta de gas y la subida del precio, está motivada, según Nadal, por el Kremlin que, desde entonces, ha ido cerrando poco a poco el grifo a Europa.
Un segundo elemento distorsionador ha sido creado por el aumento de la tensión de las materias primas energéticas. La pandemia sacó del mercado mucha producción y la recuperación económica ha sido mayor de la prevista, lo que ha generado una falta de productos en el mercado.
En tercer lugar, la eliminación del carbón ha dado un protagonismo mayor al gas, lo que ha motivado una mayor dependencia energética y ha aumentado fuertemente los precios. En cuarto lugar, están los países productores que, en lugar de invertir y sacar más materia prima al mercado, lo que han hecho es mirar para otro lado y obligar a los países consumidores a que paguen más.
Una crisis de bigotes
En su exposición, Nadal ha insistido en que cualquier solución que se adopte no va a resolver el problema a corto plazo porque la crisis actual, como la ha definido “es una crisis de bigotes”. “Tenemos una enorme incertidumbre sobre cuánto va a durar esto y qué van a hacer los países productores”, ha recalcado.
Ante ello, y porque el problema no se resolverá solo, “necesitamos prudencia y cabeza fría. Hay que pensar en el medio y largo plazo”. Sobre el corto plazo, ha comentado que el Gobierno puede echar mano de la mayor recaudación que la subida de los precios de los combustibles genera sobre el IVA y de los impuestos especiales de los hidrocarburos. Una de las soluciones que aporta es que puede hacerse lo que el Reino Unido está aplicando, es decir, realizar una compensación en forma de renta a los consumidores, y mantener la misma fiscalidad.
La segunda cuestión que plantea es qué hacer con los derechos de CO2. Para Nadal, este punto requiere un análisis a fondo y decidir si lo que se recauda en exceso se incorpora al sistema para bajar los precios o se anulan.
Otro de las ideas que pone encima de la mesa es el tema del carbón. Para el ex ministro de Energía, el empleo del carbón requiere un debate, similar al que están haciendo otros países europeos, como Polonia, y que están optando por consumir esta materia prima. Alemania es otro de los países que está reactivando algunas de sus centrales térmicas ante la falta de suministro procedente de Rusia.
Exceso de voluntarismo
El ex ministro del PSOE, Jordi Sevilla ha puesto todo su énfasis en recalcar que no se ha valorado de forma suficiente el coste que supondrá la transición energética, a la vez que ha admitido que existe “mucho voluntarismo” y “todo requiere un empuje”. Para Sevilla, la única forma de afrontar los compromisos que marca la transición energética, primero hay que hacer frente a la reconversión tecnológica.
En este sentido, ha destacado que, en estos momentos, el mayor freno que tienen las energías renovables es la Administración en general y que los ayuntamientos se van a ver desbordados para gestionar los permisos que les ven a llegar para instalar placas solares para autoconsumo. “Todo se ha hecho de forma muy voluntarista. Se ha buscado más el titular de prensa que la eficiencia”, ha comentado.