Pero no sólo de las ventas de acciones viven banqueros y abogados, que se frotan las manos ante la oleada de operaciones corporativas que vienen en el sector energético y, más concretamente en el segmento de las energías renovables. Muchas de estas transacciones están muy maduras y pueden cristalizar en cualquier momento. Tres de ellas son muy golosas y pueden alcanzar como mínimo los 1.000 millones de euros.
Por lo tanto, hay decenas de millones en juego en algunas operaciones que, en ciertos casos, acumulan retrasos considerables. La gran pieza del puzzle, la más esperada, es la venta de un 25% de la división de renovables de Repsol, con una valoración total que podría alcanzar los 4.000 millones de euros. La compañía ha contemplado todas las opciones posibles, pero parece que se ha decantado por la de un socio estratégico.
Repsol, la primera
“Hay un problema, y es que cualquier gran fondo va a querer tener más voz y voto del que le da un 25% en un proyecto que para su desarrollo exigirá además fuertes inversiones. Esta es la razón por la que aún no se ha cerrado la operación al precio que quiere Repsol”, señalan en fuentes financieras. De momento, la compañía asegura que sólo acometerá la operación si encuentra el socio “adecuado” que se adecúe a sus ritmos.
En el mercado se da por hecho que está operación es sólo cuestión de tiempo, como la venta de la división química de Cepsa. Una operación que la banca de inversión tasa en unos 3.500 millones de euros y que se podría completar con la venta de las centrales térmicas. Hay muchos interesados sobre todo por la primera de estas divisiones, cuya enajenación parece sencillamente imprescindible para que Cepsa desbloquee su plan estratégico.
Desinversiones
Un plan largamente esperado que la necesidad de desinversiones y la renovación de la cúpula directiva del grupo no ha dejado de retrasar en el tiempo. Pero los plazos -y los fondos de capital riesgo presentes en el capital de Cepsa- aprietan y la operación se podría desbloquear muy pronto. La otra gran transacción sería la venta de la división de renovables de ACS, denominada Zero-E. Otra operación que alcanza los cuatro dígitos.
Pero por debajo de este grupo de suculentas operaciones, el mercado energético bulle. La extraordinaria liquidez de los fondos interesados en el negocio español -Ardian, KKR, CVC, Lone Star o China Three Gorges son sólo algunos de los nombres que compiten en los procesos- de renovables y las necesidades de liquidez de varios grupos ha puesto en el mercado nombres muy golosos para los potenciales compradores.
Es, por ejemplo, el caso de Enerfin, la filial verde de Elecnor, que ha contratado a Mediobanca para encontrar un socio. En un negocio que requiere inversión intensiva, las empresas buscan compañeros de viaje que aporten pulmón financiero e idéntica visión estratégica. En otros casos, se trata de vender firmas y carteras completas. Es el caso de los activos de energía del Grupo Villar Mir, de Nexwell o de Grupo Navarro.