El número total de nuevos préstamos por vivienda concedidos fue de 344.432, alcanzando el número total de hipotecas (incluyendo a las firmadas por inmuebles no destinados a vivienda) las 444.555.
A nivel autonómico, la concesión de préstamos para la adquisición de vivienda aumentó en todas las comunidades a tasas de dos dígitos. Por encima de la media nacional se situaron Murcia (41,3), Cataluña (40,9%), Cantabria (40,1%), Comunidad Valenciana (39,2%), Andalucía (38,4%), Madrid (36,6%) y Canarias (36,2%). El resto de autonomías registró aumentos por debajo de la media nacional pero superiores al 20% anual en todo caso.
Mientras, la cuantía promedio de los nuevos préstamos para adquisición de vivienda osciló entre los 233.026€ en Baleares y los 91.227€ en Extremadura. La evolución anual fue dispar, al crecer en 13 autonomías y decrecer en las cuatro restantes. Destacó el incremento en Baleares (11,7%), seguido por La Rioja (6,5%) y Cantabria y Andalucía (5,3% cada una). Los retrocesos en la cuantía media se registraron en Canarias (-3,9%), Aragón (-3,0%), Galicia (-1,5%) y Extremadura (-0,7%).
Por su parte, la compraventa de viviendas, el mercado 'hermano' del hipotecario, creció a tasas equiparables. Al igual que en el caso de los créditos, el ascenso en las operaciones se dio en todas las autonomías sin excepción, destacando los incrementos en Baleares (51,3%), Canarias (43,7%), Andalucía (43,1%), Comunidad Valenciana (41,7%), Cantabria (40,1%) y Cataluña (39,0%).
Los ecos del BCE
Este anuncio de las buenas cifras de actividad hipotecaria del pasado año han coincidido con una violenta subida del euribor, al que la máxima autoridad financiera europea ha despertado de su letargo. El volantazo anunciado por el Banco Central Europeo (BCE) en su política económica, que estará a partir de ahora más enfocada a combatir la inflación, ha sido clave en la rápida subida del indicador, cuya referencia a 12 meses ha escalado del -0,45% al -0,31% en unos pocos días.
La confirmación por parte de Christine Lagarde, presidenta del BCE, de la corrección de las políticas expansivas que han sido la norma desde hace años, sumadas a la clausura el próximo marzo del programa de estímulos antipandemia, han estimulado el crecimiento del índice, que en breve podría abandonar el signo negativo en el que ha estado anclado en los últimos tiempos.