Un nivel de actividad pobre, muy pobre, que sólo se puede justificar a medias por las festividades de martes y jueves. "Es un asunto de más calado, porque los inversores llevan ya varias semanas reduciendo su participación en el mercado. Si el Ibex 35 no ha dejado de caer en las últimas cinco sesiones es porque el dinero escasea, no porque los vendedores están presionando con fuerza", señalan fuentes bursátiles.
Efectivamente, quien más quien menos ha realizado beneficios desde el nivel de los 8.400 del Ibex 35 alcanzados la semana pasada. Y eso se ha traducido en continuos goteos a la baja del selectivo, que parece está empezando a entregar la cuchara. De momento no hay fuerzas para mucho más. Para bien o para mal, el ejercicio bursátil 2022 está más que hecho y los gestores tienen claro que no van a arreglar nada en las tres semanas que quedan para rematarlo.
Pero también importan las valoraciones. La subida de noviembre se ha llevado prácticamente todas las posibilidades de un rally navideño que ahora se ve mucho más lejano. De eso se encargan los bancos de inversión y los bancos centrales, que por distintas razones han paralizado los mercados en este primer tercio de diciembre. Y con razón porque, como aperitivo, una subida hasta el 4,25% de los tipos en Canadá ha metido el miedo en el cuerpo de los gestores.
Previsiones del mercado
El alza se ha situado por encima de las previsiones del mercado y muchos inversores lo interpretan como un aviso a navegantes de lo que puede pasar la semana que viene en Europa y luego en EEUU. En clave de zona euro, se empieza a temer que Christine Lagarde, desde el BCE, puede aplicar una subida de 75 puntos básicos y no de 50 como sigue siendo la apuesta mayoritaria del mercado. Pero por si acaso, los gestores nadan y guardan la ropa.
De hecho, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha reconocido este jueves que el actual "entorno inestable plantea riesgos considerables para la estabilidad financiera de Europa".
Ante la Sexta Conferencia Anual de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS), Lagarde ha enumerado una serie de "fuertes sacudidas" -la pandemia, la "injustificable" invasión de Ucrania por Rusia y la crisis energética-, que han golpeado la economía mundial de forma sucesiva.
"Esos riesgos se ven agravados por las perspectivas económicas", ha añadido, al tiempo que la política monetaria se está ajustando para garantizar que la elevada inflación no se consolide y que vuelva al objetivo del 2% a medio plazo.
Preocupación en EEUU y Canadá
"La inflación en todo el mundo sigue siendo alta y generalizada. El crecimiento económico mundial se está desacelerando", señala en su comunicado el Banco de Canadá. Nada que no hayan escuchado los inversores desde los grandes bancos de inversión. JP Morgan, Citi y BlackRock ven probable una recesión en 2023. Y, si no llega la sangre al río, apuestan por un profundo estancamiento de la economía global.
En general, estos gigantes siguen defendiendo que los mercados de acciones aún no han recogido el impacto de lo que está por venir. Queda por ver hasta qué punto el BCE y la FED corroboran esta impresión tras sus decisivas reuniones de diciembre, en las que es posible que el qué importe mucho más que el cuánto. ¿Y si ninguna de las dos instituciones quiere o puede poner límite temporal a la parte más dura de la subida de tipos?
La semana que viene va a ser clave a corto plazo. Entre otras cosas, hay un dato de IPC en Estados Unidos que se antoja determinante, algo así como una caja de Pandora que se puede abrir o no en los mercados con máxima intensidad. De momento, y a la espera de acontecimientos, los mercados hacen un ejercicio de máxima cautela. Quien más quien menos se pone a cubierto antes del inminente cierre de 2022.