Luego el impuesto a los llamados ‘beneficios caídos del cielo’. Ahora, la contracción del mercado inmobiliario especialmente el residencial… El caso es que los estrategias bancarios no encuentran descanso en el ejercicio de la recuperación económica.
Precisamente el crecimiento económico y la estabilidad en el empleo son los factores que sustentan la actividad hipotecaria aunque la escalada de tipos y, especialmente, la pérdida de poder adquisitivo como consecuencia de las presiones inflacionistas empiezan a darle la vuelta a la curva de crecimiento hipotecario. El volumen de hipotecas suscrito por la banca baja en 1.057 millones de septiembre a octubre pasados.Una evolución que deja este mercado crediticio con un crecimiento de apenas el 0,35% en los diez primeros meses del año.
De hecho, octubre se ha saldado como el mes de menor crecimiento hipotecario de todo 2022 (+0,4%) que apenas representa la tercera parte del ritmo al que se contrataban hipotecas en abril (+1,2%) y algo más de la mitad de septiembre (+0,7%).
Según las estadísticas del Banco de España, durante el mes de octubre las familias españolas han firmado hipotecas por valor de 516.287 millones de euros; lo que sitúa al mercado en la cuarta menor cota mensual por volumen de todo el ejercicio, con un descenso del 0,2% mensual. Y lejos de los más de 519.129 millones de julio el mes de mayor actividad hipotecaria del año.
En términos absolutos, no obstante, la cifra de créditos puede desfigurar la perspectiva. La inflación no perdona y el inmobiliario es un sector donde trasladar el aumento de costes al precio final está más que asumido. De hecho, como señala el Instituto Nacional de Estadística (INE), el importe medio de las hipotecas sobre viviendas subía en septiembre el 0,5% hasta los 143.222 euros. Aunque, si el cálculo se realiza sobre el total de fincas inscritas en los registros de la propiedad durante septiembre el importe medio sube hasta los 157.973 euros; equivalente a una subida interanual del 7,1% en términos interanuales.
El consumo compensa la balanza
Las grandes entidades españolas como el Banco Santander y CaixaBank ya destacaban en sus presentaciones de resultados trimestrales el dinamismo en el consumo tanto en términos la evolución del sector turístico o la de las ventas de vehículos (+10,3% en noviembre, cuarto mes consecutivo de crecimiento) se han convertido en grandes animadores del mercado crediticio al que se suman, según los observadores, operaciones de refinanciación de otras deudas en el seno de las familias como estrategia para afrontar los efectos de la inflación.
Sin embargo, en términos de actividad y volumen crediticio, los bancos apenas acusan esta pérdida de ‘vigor’ de la actividad hipotecaria ya que el crédito al consumo compensa con creces las cifras. De hecho, mineras las hipotecas bajaban en octubre en más de 1.057 millones de euros, el crédito al consumo aumenta en 1.457 millones, casi el 1,55% respecto al mes anterior y el 4,8% en tasa interanual lo que supone un ritmo de crecimiento doce veces superior al de las hipotecas.
Este crecimiento viene a ratificar el buen ejercicio de la financiación al consumo que, en lo que llevamos de año, ha tenido crecimientos interanuales del 3,7% en su tasa mínima (junio) y del 7% en la máxima (abril). De hecho, octubre se coloca como el mes con la mayor contratación de créditos al consumo del año hasta con 95.644 millones de euros.
Salud hipotecaria
Sea como fuere, el estado de seudo de los hipotecados españoles parece bueno a tenor de las estadísticas de ejecuciones hipotecarias recopiladas por el INE. La institución que preside Elena Manzanera señala que las inscripciones por ejecuciones hipotecarias iniciadas sobre viviendas de personas físicas (4.105 en el tercer trimestre) bajan el 14,5% en tasa anual, mientras que las iniciadas sobre viviendas propiedad de personas jurídicas caen el 68,1%.
Las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas representan el 70,3% del total. En este segmento, el 49,2% del total de ejecuciones hipotecarias corresponde a viviendas habituales de personas físicas (2.022 operaciones); el 9,2% a viviendas de personas jurídicas (377 ejecuciones) y el 11,8% a otras viviendas de personas físicas.
Con esas cifras la ejecución hipotecaria de viviendas cae el 37,2% Durante el tercer trimestre; lo que coloca la tasa anual en casi el 30% por debajo de la del año pasado. Del total de ejecuciones, algo menos de la mitad son viviendas habituales y 485 sobre segundas residencias. El resto corresponde a otro tipo de inmuebles (locales, garajes, oficinas, trasteros, naves, edificios destinados a viviendas, otros edificios y aprovechamientos urbanísticos) que representan el 22,7% del total.