El di­nero de plás­tico mueve en España más de un cuarto de bi­llón en nueve meses

La red de cajeros vuelve al nivel de 2001 mientras los TPV’s marcan récord

Las tar­jetas de dé­bito se im­ponen mien­tras las com­pras por ter­minal du­plican las re­ti­radas

Cajeros automáticos
Cajeros automáticos

La re­vo­lu­ción del ne­gocio ban­cario es im­pa­rable pero no es cómo que la mente po­pular cree. En prin­ci­pio, el cierre de la úl­tima re­con­ver­sión ban­caria se ha sal­dado no solo con la clau­sura de mu­chas ofi­ci­nas, sino tam­bién en la dis­mi­nu­ción de los ca­jeros au­to­má­ticos con los que las en­ti­dades atienden las ne­ce­si­dades -en prin­ci­pio- más ur­gentes de los ciu­da­da­nos. Se ha dis­pa­rado, ade­más, el uso de ter­mi­nales de compra y pago, o TPVs.

Según los datos del Sistema de Tarjetas y Medios de Pago, publicados por el Banco de España, los consumidores españoles cuentan con 45.288 cajeros automáticos a su disposición y más de 2,36 millones de terminales electrónicos (terminales de punto de venta o TPV’s) para abonar sus compras.

Las cifras no ocupan el hecho de que la red de cajeros automáticos se ha reducido el 5,81% solo en el tercer trimestre del año para volver a la dimensión que el sector mantenía hace más de veinte años. En el año 2000, la banca española (bancos y cajas de ahorro) mantenía 44.851 cajeros automáticos, para crecer el 4,77% hasta los 46.000 que operaban en 2001. Veinte años después eso, en 2021, los bancos españoles contaban con 47.639 cajeros automáticos en un ir y venir que llegó a superar los 125.000 cajeros automáticos en 2019.

En cambio, la mecanización generalizada de los comercios ha llevado el parque de TPVs español a su máximo histórico con más de 2,36 millones instalados rentes a los 2,2 millones con que cerró el año pasado y casi el triple (al cierre de septiembre) de los poco más de 802.698 que había en funcionamiento en España al comienzo del milenio.

Auge del dinero electrónico

A falta de saber si el espíritu navideño de las grandes compras ratifica o no el clima de confianza del consumidor en Europa el caso es que en los nueve primeros meses del año, las compras realizadas en España a través de TPV’s (5.396 millones) superan ya a las de todo el ejercicio 2020 y, de confirmarse la tendencia, superarán con creces los 6.100 millones de operaciones con que se cerró 2021 para marcar un nuevo récord.

La posibilidad está clara habida cuenta de que en España se utilizan más de 88,14 millones de tarjetas al cierre del tercer trimestre. De ellas, más de 41,02 millones son tarjetas de crédito y 47,12 millones, tarjetas de débito.

De hecho, el cambio de usos y costumbres se refleja también en el uso del dinero de plástico ya que. Mientras el grueso de las compras ronda los 169.000 millones de euros; las retiradas de efectivo en cajeros automáticos es ya de poco más de la mitad, 87.100 millones de euros.

Como es lógico, la ‘universalización’ de estos medios de pago se ha traducido una abaratamiento generalizado de los costes; especialmente para los comerciantes. De hecho, mientras en 2002 las tasas de descuento que los comercios abonaban a las entidades por operaciones de compra iban desde el 0,54% que pagaban las grandes superficies de alimentación, al 0,68% de las gasolineras; el 2,43% de los restaurantes; el 2,97% de la venta por correo o teléfono -el más alto- el 3,48% que aplicaban a los centros de masajes, saunas y discotecas.

Dos décadas después, la tasa más elevada la pagan los hoteles (0,71%); mientras las grandes superficies de alimentación abonan la mitad aproximadamente de la de hace 20 años (el 0,23%, la más baja); las gasolineras están en el 0,34%. Los restaurantes pagan ahora una quinta parte (el 0,51%), la venta por correo o teléfono está actualmente en el 0,45% de comisión.

El comercio minorista ha pasado de pagar el 1,58% en 2002 al 0,42% al cierre del tercer trimestre; lo que supone apenas una cuarta parte.

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