La incorporación se produce a pesar de que las aguas siguen bajando turbias en la entidad tras la fusión con Liberbank por mucho que su consejero delegado, Manuel Menéndez, insista en que la operación no haya tenido más complicaciones que cualquier otra operación de este tipo.
Pero lo cierto es que los problemas han surgido desde el mismo momento de su aprobación. El acuerdo establecía que Unicaja se quedaba con el 60 % del nuevo banco, mientras la entidad asturiana absorbida se quedaba con el 40 % restante. Según el pacto de la fusión, el presidente de la entidad andaluza, Manuel Azuaga, conservaría los poderes ejecutivos hasta junio de 2023, fecha en que los debe abandonar para hacer traspaso de poderes a Manuel Menéndez, actual consejero delegado. A cambio, este último accedía a ser reevaluado para el cargo en ese momento.
Sin embargo, este pacto quedaba viciado desde el primer momento al quedar la gestión en la práctica en manos del bloque asturiano ante las maniobras del entonces presidente de la Fundación de la entidad malagueña, Braulio Medel, para medrar. Algo que acabó revirtiendo las cuotas de poder pactadas, lo que ha terminado por generar una crisis sin precedentes en la entidad.
^Fusión entre Unicaja y Liberbank*
La retahíla de críticas y polémicas generadas obligó incluso al Ministerio de Asunto Económico a intervenir hasta forzar a Braulio Medel a dar un paso atrás y renunciar a la presidencia de la Fundación Unicaja en el pasado verano para ser sustituido por José Manuel Domínguez. Una persona de consenso con el que iniciar una nueva etapa.
Pero el juego de tronos seguí lejos de terminar. La Fundación, controlada por políticos malagueños y dueña de casi un tercio de las acciones, busca ahora impedir que el actual consejero delegado procedente de Liberbank asuma todo el control el próximo mes de junio.
Para conseguirlo, el Patronato de la entidad andaluza, con cuatro sillones en el consejo, necesita lograr la dimisión del resto de los consejeros afines al antiguo presidente. Proceso que ha arrancado con la salida de Juan Fraile. Trasladando ahora toda la presión a sus otros tres consejeros Petra Mateos, Manuel Muela y Teresa Sáez a los que ha retirado su confianza, pero que no están dispuestos a dar su brazo a torcer.
Pese a todo, el Patronato ha contratado a un headhunter malagueño, HRCS Group, para que busque candidatos para sustituirles. Sin embargo, esta guerra de poder se ha complicado aún más después de que el Banco Central Europeo haya pedido un plan detallado de la sucesión antes del 31 de enero, exigiendo además una estructura con un consejero delegado ejecutivo y un presidente no ejecutivo.
Manuel Menéndez parece confiado
Petición que viene a complicar la situación. Aunque dimitieran de inmediato, los posibles sustitutos no podrían tomar posesión de su cargo hasta dentro de cuatro meses, período que dura el proceso de evaluación del BCE. Ante la incapacidad para llegar a tiempo para tomar las decisiones de acuerdo a sus intereses, los expertos esperan que la Fundación intente maniobrar para descabalgar a Manuel Menéndez. aprovechando el proceso de reevaluación que debe pasar ahora.
Esta posibilidad, sin embargo, se antoja complicada pues para ello deben convencer a varios fondos de inversión procedentes de Liberbank, a la empresa textil Mayoral y a algunos independientes que difícilmente se prestarán a este juego.
Algo de lo que es consciente el propio Menéndez, confiado en superar la evaluación de idoneidad como consejero delegado a la que le va a someter el consejo. En este sentido, ha señalado con cierta suficiencia que la entidad adoptará las decisiones que sean mejores para el banco y por tanto el sigue centrando en el trabajo.
Un trabajo que pasa ahora mismo por la reorganización del grupo tras la salida este año de un 80 % de los trabajadores afectados por el ERE acordado tras la fusión, en cumplir las exigencias del BCE y por aprovechar lo mejor posible su nueva incorporación al Ibex 35.