Las en­ti­dades se pre­paran para subidas de pre­cios en el primer tri­mestre

Lagarde pone en solfa la actividad hipotecaria para 2023 tras un ejercicio sin parangón

Las ex­pec­ta­tivas de una tregua en los ín­dices hi­po­te­ca­rios se di­luyen

Christine Lagarde, BCE.
Christine Lagarde, BCE.

El año 2022 pa­sará a la his­toria por el giro dra­má­tico del eu­ribor -el tipo de re­fe­rencia de los prés­tamos hi­po­te­ca­rios- en una pi­rueta no vista en la his­toria mo­derna. Del -0,507% de di­ciembre de 2021 se ha pa­sado en 12 meses a un 2,9% en tasa men­sual -el tipo diario su­pera el 3%- en una su­ce­sión con­tinua de mo­vi­mientos al alza que está sa­cando los co­lores al más atre­vido los ex­pertos con sus pre­vi­sio­nes. Y Chiistine Lagarde, pre­si­denta del Banco Central Europeo (BCE), ame­naza con más ma­dera.

"Otra vez nos vemos desbordados por la potencia de la subida. Hace dos semanas estábamos en el debate de si lo más duro de la subida de tipos había ocurrido ya, y ahora resulta que tenemos que ajustarnos a una serie de varias subidas de 50 puntos básicos tal y como nos ha dejado claro el Banco Central Europeo (BCE). Esto es de locos y quedan muchas emociones fuertes por el camino", aseguran en una entidad nacional.

La agresividad de Christine Lagarde ha provocado el enésimo maremoto en el mercado. Tras unos días de tregua, el Euribor ha volado hasta los niveles más altos desde diciembre de 2008 en tasa diaria. Lo ha hecho a una velocidad impropia de quien ya lleva todo el año corriendo a toda velocidad. Quien esperaba una fase de consolidación más o menos extensa en el tiempo ve como sus predicciones saltan por los aires.

¿Quién gana con la subida? A bote pronto, se diría que los bancos y sus márgenes, que en todas las hipotecas a tipo variable van a seguir engordando sus ingresos mensuales. Pero si la vertiginosa subida de tipos ha demostrado algo es que las alzas incontenibles como la actual casi nunca son buenas consejeras. Primero porque son consecuencia de la desaceleración económica y del alza de la inflación.

Que el Banco de España no vea los precios por debajo del 2% antes de 2025 así lo prueba, por más que siga descartando una recesión técnica. Pero el vuelo libre del Euribor tiene un doble impacto sobre el mercado hipotecario. Primero, porque crece el riesgo de impago de los ya hipotecados. En este punto, las medidas consensuadas entre el Gobierno y la banca para las familias con problemas parecen cada vez más una bendición -por neutrales- para el sector financiero.

Algo muy serio

Y segundo, y esto es más serio, porque lo que está en riesgo es el mantenimiento de los actuales niveles de actividad crediticia. El año 2022 ha sido extraordinario para la banca, con cifras de contratación de hipotecas de otra época. Pero el cóctel que forman hipotecas más caras y la imposibilidad de muchas familias de contratarlas -si podían la pasada primavera con tipos mucho más asequibles- es cada día más indigesto.

"Estamos esperando un poco, pero si hasta fin de año se confirma esta subida del Euribor tendremos que volver a subir los precios de nuestros préstamos. Aunque sabemos que otra vuelta de tuerca supondrá excluir a muchas familias, no podemos hacer otra cosa para sostener nuestros márgenes. Lo normal es que la actividad, que ya ha empezado a resentirse, pero tímidamente, empiece a ofrecer signos claros de debilidad en el primer trimestre de 2023".

La frase proveniente de una antigua caja de ahorros muy agresiva en el mercado hipotecario ilustra el sentir general del sector. Todavía sorprendidos por el mensaje del BCE en la reunión del pasado 15 de diciembre, los bancos estudian sus próximos pasos con las urgencias de los que -en muchos casos- no les salen los números. Es la ley del BCE, tan timorato hasta primavera y tan agresivo ahora en materia de tipos. Definitivamente, los tiempos han cambiado.

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