El mag­nate me­xi­cano firma una ope­ra­ción fi­nan­ciera im­pe­cable en la pro­mo­tora

Santander, BBVA y Slim celebran el dividendo de Metrovacesa en máximos del año

Los ac­cio­nistas re­ci­birán un ju­goso di­vi­dendo de 159 mi­llones de euros este mes

Carlos Slim, con las Koplowitz.
Carlos Slim, con las Koplowitz.

Justo ahora, cuando la crisis eco­nó­mica y la subida de los tipos de in­terés aprietan en el za­pato de todo el sector in­mo­bi­lia­rio, Metrovacesa se ‘regala’ un di­vi­dendo más propio de otra co­yun­tura. Una buena in­yec­ción de­ci­dida por los dos ac­cio­nistas ma­yo­ri­ta­rios, Santander y BBVA, dueños del 49% y del 20% de las ac­ciones de la pro­mo­tora, res­pec­ti­va­mente, que tiene como gran ga­nador al mag­nate me­xi­cano Carlos Slim.

Metrovacesa pagará a lo largo de este mes de diciembre un dividendo de 1,05 euros por acción. Va a regar a sus accionistas -hay mucha concentración en muy pocas manos y poco inversor particular- con 159 millones de euros, que equivalen a una rentabilidad por dividendo extraordinaria del 15%. Un buen regalo, sobre todo para ese tercer hombre en el capital que es Carlos Slim.

Cuando lanzó su OPA sobre el 24% de Metrovacesa el pasado mes de marzo, muchos se preguntaron por el sentido de la operación. ¿Por qué apostar fuerte por una promotora en pleno cambio de ciclo del precio del dinero y sin poder llegar a tomar el control en cualquier caso? Las especulaciones pasaban por una toma de posición que permitiría a Slim tener mucha más voz y mucho más voto en el futuro de la compañía.

Es decir, a tener una posición privilegiada de cara a una futura operación corporativa. Pero la realidad ha demostrado que Slim, al menos de momento, ha ejecutado una operación financiera de libro. El gigante azteca pagó 7,2 euros por acción de una compañía que ha empezado el mes de diciembre en los 7,5 euros. Y que no ha dejado de subir desde que se anunció el dividendo en la presentación de resultados de la compañía.

Caidas en otras inmobiliarias

Frente a las caídas de Aedas o Neinor, especialmente grandes en el caso de la primera en 2022 -pierde más de un 30%-, Metrovacesa presume de una revalorización cercana al 15%. Si a este avance se une el dividendo, la compañía está a punto de cerrar un ejercicio excelente absolutamente a contracorriente. Entre otras cosas, también porque la OPA de Slim fue durante gran parte del año un gran soporte para la cotización.

Aunque algunos llegaron a calificar incluso de fracaso el resultado de la OPA -Slim sumó el 11,5% de las acciones de Metrovacesa al 5,4% que ya tenía- la realidad es que el empresario ha construido una participación financiera muy rentable por dividendo que no está decepcionando sus expectativas. No por nada, el tercer accionista del grupo siguió comprando otro 0,4% de las acciones del grupo tras la OPA.

Títulos a los que va a sacar ahora todo el partido de la mano de un dividendo que el mercado no esperaba. “Ha supuesto una revitalización de la compañía en bolsa en un momento en que las promotoras están bajo sospecha en toda Europa. Metrovacesa nunca había llegado tan alto en la retribución al accionista desde que volvió a cotizar en 2018, y lo ha hecho justo cuando menos se podía esperar”, señalan fuentes bursátiles.

La realidad es que, en estos momentos, la apuesta de Slim por Metrovacesa sólo se puede catalogar como un acierto. “Lanzó la OPA a un precio muy razonable con el que había poco que perder y con el visto bueno de los bancos accionistas, que ven en Slim a un aliado que ya tiene el primer premio en forma de dividendo sobre la mesa. No se sabe lo que puede pasar en el futuro pero, por ahora, es una operación impecable”, aseguran en una gestora nacional.

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