El BCE va a vi­gilar mucho más es­tre­cha­mente a los bancos eu­ro­peos

La banca española acierta de pleno con su apuesta cero en criptomonedas

Las dudas sobre Binance es­tre­chan el cerco de los grandes ‘exchange’

Binance.
Binance.

La mayor pla­ta­forma de crip­to­mo­nedas del mundo tam­bién está bajo sos­pe­cha. El co­lapso de FTX en no­viembre ha des­ta­pado la caja de los truenos en un sec­tor, el de los ‘exchanges’ que han pro­li­fe­rado al­re­dedor del mayor fe­nó­meno in­versor del si­glo, que re­sulta tener los pies de ba­rro. Binance ha sus­pen­dido tem­po­ral­mente los re­em­bolsos de la ‘stable coin’ USDC, el ac­tivo más co­no­cido y po­tente en este seg­mento li­gado a una di­visa tra­di­cio­nal.

Binance, que llegó a anunciar la compra de FTX para paralizarla inmediatamente después, asegura que la liquidez de la plataforma no está en riesgo. A la espera de más información, las dudas del mercado están justificadas, porque habrían salido más de 1.500 millones de dólares del 'exchange' en sólo 24 horas. No es un asunto menor en un momento en el que todo alrededor de las plataformas está bajo sospecha. Incluso las torres más altas.

Y sin olvidar que el universo de las criptomonedas y el de las grandes entidades financieras y gestoras de activos tradicionales está cada vez más ligado. Ahí está por ejemplo el muy ilustrativo caso del gigante estadounidense BlackRock. No sólo participó en rondas de financiación de FTX -llegó a ser valorada en 32.000 millones de dólares- junto a otros grandes inversores como SoftBank o el fondo de pensiones de Ontario, sino que en el plano más institucional había firmado acuerdos con Binance.

La mayor gestora del mundo dio un espaldarazo al ‘exchange’ ahora bajo la lupa con un acuerdo para dar acceso a sus clientes a la negociación de criptomonedas, con el bitcoin como punto de partida. Otras grandes firmas que han apostado por un activo que antes de ayer levantaba pasiones y hoy mete miedo están sufriendo ahora por una crisis reputacional de los ‘exchanges’ que amenaza con extenderse en el tiempo.

Con estas cartas sobre la mesa, la banca española está exactamente en el otro lado de la balanza. Es decir, en el grupo de quienes no han apostado de forma explícita por este producto. Se han limitado a crear unidades especializadas, pero en ningún caso han ofrecido servicios a sus clientes en España. Siempre han defendido que cualquier tipo de iniciativas en este sentido dependería primero de la aprobación de una normativa específica para estos productos.

Sin mancha

Por lo tanto, las entidades financieras españolas están saliendo indemnes de la primera gran crisis en la historia de las criptomonedas gracias a una política muy conservadora. “No están los tiempos como para exponerse a una crisis reputacional en activos no regulados como las criptomonedas. Daremos los pasos con pies de plomo cuando haya regulación, porque creemos que el universo cripto tiene futuro”, señalan en un gran banco.

Efectivamente, las entidades siguen trabajando en el análisis de futuros productos ligados a las criptomonedas. Mantienen activas sus unidades específicas para este segmento, aunque reconocen que ahora no se están potenciando en exceso. Máxime teniendo en cuenta que el Banco Central Europeo (BCE) no deja de lanzar advertencias a sus supervisados en la línea de que promocionar el bitcoin puede causar “enormes daños reputacionales”.

Mientras bancos centrales y supervisores aprovechan el cisma de FTX para cargar contra la criptomonedas, bancos y gestoras no cargan las tintas. Creen que tras la necesaria depuración de buena parte de los ‘exchanges’ existentes hay mucha vida para las monedas virtuales y, por lo tanto, oportunidades de negocio. Pero, de momento, toca tirar de paciencia y celebrar no haber -en el caso de las entidades españolas en bloque- entrado hasta ahora en el juego más que de forma tangencial.

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