Una noticia, en todo caso, esperanzadora en tiempos de incertidumbre y brotes populistas amenazadores. La lucha contra el cambio climático tropieza con el inmovilismo de los intereses creados y la incertidumbre del precio a pagar por la sustitución de las energías convencionales a las llamadas energías verdes. Un poderoso argumento del populismo, desde Trump-Bolsonaro a la señora Díaz Ayuso.
En España, un profesor de la Universidad Pablo Olavide, Manuel A. Hidalgo, se atreve a afirmar que ”el invierno económico no acaba de llegar; encaramos un fin de año mejor de lo esperado”.
El director de coyuntura de Funcas, por su parte, afirma con los datos en la mano, que “las sociedades españolas no financieras-las productoras de bienes servicios tangibles- encadenan sólidos superávits sin que la pandemia y la crisis energética hayan alterado significativamente este resultado”-
La Comisión Europea, a su vez, afirma que el excedente empresarial español es el mayor de la UE mientras el gasto de consumo de los españoles muestra un comportamiento expansivo.
Hidalgo llama la atención sobre la pronunciada caída del precio del gas que ha pasado de 340 euros el megavatio a menos de 100 euros a finales de noviembre; el precio del barril de petróleo se sitúa por debajo de los 80 dólares y el euro se aprecia frente al dólar. Un buen ahorro en la factura de las importaciones
Desgraciadamente el excedente empresarial de las compañías españolas no se corresponde con su esfuerzo inversor. Más dividendos que inversión productiva y un sólido colchón de reservas. Quizá la aplicación de los fondos europeos estimule la inversión. Más crecimiento y más empleo.
Las estimaciones de los coyunturalistas españoles sobre la evolución del PIB en el cuarto trimestre de 2022 han pasado de neutras o negativas a positivas, por lo que se quiera o no, hace más improbable la aparición de una recesión en el 2023.También algunos servicios de estudios como el del Banco de Bilbao se apuntan a la mejora de la realidad económica y las expectativas próximas...
Desgraciadamente la inflación sigue presente y los amargos remedios de los Bancos Centrales no dejan de ser un correctivo y también una amenaza para la actividad, mientras los efectos del descubrimiento de la fusión nuclear tardarán en hacerse visibles y saludable; las crisis energéticas serían entonces anécdotas dolorosas de un pasado con altos niveles de incertidumbre y contaminación.