Una reacción propiciada entre otras cosas por el reciente acuerdo alcanzado por Syna Therapeutics, su “joint venture” creada en 2018 al 50 % con LeanBio, con la compañía biofarmacéutica Intas Pharmaceuticals para la comercialización del medicamento biosimilar LB-0702 para el tratamiento de patologías en el campo de la hematología.
El acuerdo permitirá a Reig Jofre empezar a rentabilizar su nuevo centro de desarrollo y producción especializada de Barcelona que, tras una inversión de 40 millones de euros finalizada en 2021, cuenta con tecnología de última generación y los más altos estándares de calidad para inyectables estériles y productos biofarmacéuticos liofilizados.
De esta planta acaba de salir también un barniz medicamentoso para la onicomicosis (infección micótica de las uñas) desarrollado por el equipo de innovación, cuyo lanzamiento se produjo el pasado mes de noviembre.
Sin embargo, la ilusión tras la reacción al alza en Bolsa a raíz de estos anuncios se ha desvanecido tan rápido como un azucarillo en agua caliente, acentuando de nuevo el perfil bajista de la compañía que va camino de acabar el ejercicio muy cerquita de los mínimos anuales.
Las expectativas de resultados para el cierre del ejercicio tampoco ayudan tras cerrar un tercer trimestre un tanto decepcionante con un beneficio de 4,2 millones de euros frente a los 5,1 millones contabilizados el año anterior pese a la mejora de un 13 % de las ventas, hasta cerca de los 200 millones de euros.