Dos son las cuestiones que los analistas critican de la compañía con más o menos dureza: la posibilidad de que Murtra asuma los poderes ejecutivos que ahora ostenta el consejero delegado, Ignacio Mataix, y un nuevo aumento de la participación pública por parte de la Sepi (controla el 25,16% del capital). La operación ITP, cantada por el mercado y negada por la empresa, es el tercero en discordia de esta desconfianza.
La inquietud por la composición accionarial viene del verano cuando la Sociedad Estatal que preside María Belén Gualda se hizo con la participación del 3,21% de la tecnológica que los March controlaban a través de la Corporación financiera Alba. Y ello a pesa de que a principios de semana el fondo de inversión Polygon reconociera haberse hecho con el 1% de la empresa, valorado en el mercado en 15 millones de euros.
De poco parece haber servido el nombramiento aprobado en junta extraordinaria el pasado 28 de octubre -o quizá por ello- de seis nuevos consejeros independientes y otro dominical, Juan Moscoso, en representación de la Sepi.
“Creemos que el potencial de Indra podría verse mermado si con el incremento de SEPI se consuma la entrega de poderes ejecutivos al presidente y se destruye valor para el accionista en una posible entrada en ITP” señalan este el mercado. Algo que Indra niega rotundamente para subrayar que los nombramientos de los siete nuevos consejeros independientes recibieron el apoyo de más del 98% en la junta extraordinaria del pasado día 28.
Al mismo tiempo, el posible relevo de Mataix es negado por la empresa que asegura que todas las decisiones de gobernanza adoptadas “van en línea con el Código de Buen Gobierno” e, incluso, añaden, “el voto dirimente del presidente ha sido eliminado”.
La compañía cerró ayer en Bolsa valorada a 9,1 euros (-0,49%) con más de 1,1 millones de títulos negociados en los que se incluyó una gran operación de 450.000 acciones realizada apenas quince minutos antes del cierre de la sesión; lo que supone un volumen de negociación (10,4 millones de euros) casi un 50% superior a la media (7,9 millones de euros). Eso coloca la capitalización de Indra en 1.607 millones, aunque la propia IMV sitúa el valor de la empresa en 2.144 millones
Los analistas consultados muestran sus dudas sobre el futuro de una compañía que, por números, parece haberse olvidado ya de los efectos del Covid pero cuyo gobierno corporativo es visto como una de sus grandes debilidades. Aunque, bien es cierto, tampoco ayudan mucho a la tranquilidad de los inversores los movimientos de accionistas destacados como Amber Capital (propietario también de casi el 30% de Prisa) que, junto a su presidente, el francés Joseph Oughourlian, controlan más del 8,3% de la tecnológica. Amber tiene autorización del Gobierno español para alcanzar una participación del 9,99% de la empresa.
En el lado estratégico, la vasca Sapa, que se hizo con el 5% del capital de Indra, en diciembre del año pasado, es la que mayor empeño parece mostrar en la entrada de la empresa que preside Marc murtra en la compañía ITP Aero de la que, según las intenciones del gobierno vasco y de la propia Sapa, tomaría el 15% para cubrir la salida de Rolls Royce, accionista destacado de la antigua Industria de Turbo Propulsores. Una operación que no es bien vista por el mercado mientras desde Indra se limitan a señalar que “de momento, no hay nada sobre la mesa” de este asunto.
Operativa más rentable
Según anunció ayer, Indra ha aumentado su rentabilidad el 14,6% durante el tercer trimestre, tras conseguir un alza del 19,4% en los ingresos. El acumulado de los nueve primeros meses del año sitúa la cifra de negocio en 2.694 millones de euros con un Ebitda de 282 millones. Solo en el tercer trimestre la rentabilidad operativa aumenta el 9,7% en términos interanuales.
El margen operativo (243 millones) mejora medio punto básico hasta el 9%; mientras el beneficio antes de impuestos (Ebit) sube el 8,5% hasta situarse en 204 millones de euros.
Estos indicadores, calificados como “históricos” desde la propia empresa, presentan crecimientos en todas las áreas de negocio como consecuencia de que “la demanda de digitalización es muy intensa e todos los sectores en los que estamos”, desde las elecciones (como el contrato de Angola) a la industria de Defensa en la que, pese a “tener periodos de maduración más lentos que los de las tecnologías de la información nos asegura el crecimiento en los próximos años” a nivel internacional. Tráfico aéreo es el otro gran mercado que espera Indra para el futuro.
Pese a esa mejora generalizada, el beneficio neto del periodo, 116 millones, queda estancado en el nivel de 2021 con una variación positiva de apenas el 0,9%. Y ello, a pesar de que la deuda neta cae el 56,2% hasta los 220 millones (la menos de su historia) y el flujo de caja libre se multiplica por diez hasta los 54 millones de euros. De hecho, la compañía ha pasado de tener un ratio de duda sobre Ebitda del 3,1 veces en 2016 a otro de 0,6 veces al cierre del tercer trimestre de este año.
En esta evolución del beneficio después de impuestos han tenido bastante que ver los 20 millones de euros que Indra ha dedicado a la reestructuración de plantilla (13 millones a septiembre de 2021) en los nueve primeros meses del ejercicio. Al cierre de septiembre Indra daba empleo a 55.853 personas en todo el mundo.
Con todo, la cifra de beneficio neto baja a 102 millones si se excluyen las plusvalías obtenidas por la venta de las instalaciones en la localidad madrileña de San Fernando de Henares.
La intensa actividad comercial de la empresa se ha plasmado en un aumento de la contratación del 21% hasta situar la cartera de pedidos en los 5.983 millones de euros. Destacan, especialmente, los crecimientos de doble dígito en la división de Minsait (incluye el negocio de tecnologías de la información) en Energía e Industria, Servicios Financieros, Telecom y Media, Administraciones Públicas y Sanidad), con 1.853 millones en pedidos (+13%) y en la de Transporte & Defensa, con 4.129 millones de cartera acumulada (+11%).
En el acumulado de los nueve meses, Transporte & Defensa ha aumentado el 4,7% sus ingresos hasta los 865 millones; mientras Minsait, con 1.829 millones de facturación, crece el 19%. Aunque por márgenes la situación se invierte con Transporte & Defensa en el 12,2% de margen operativo frente al 7,5% del área de tecnologías de la información.