Según Ulargui, la COP27 supone “una señal clara de que la agenda climática se mantiene y abre una nueva agenda de solidaridad internacional más allá del fondo de pérdidas y daños para países vulnerables; pero ha arrojado un resultado muy preocupante en términos de mitigación, que es el objetivo final de estas cumbres”.
Aun así, mostró su optimismo porque “la buena noticia es que las actuales crisis refuerzan la agenda climática de la UE, porque se entiende que es la solución y nos quedan 7 años de ventana de oportunidad”. Asimismo, puso en valor que “los países se han reafirmado en más política climática· para resolver “las distintas brechas de seguridad por la crisis climática, de biodiversidad y alimentaria a las que nos enfrentamos”.
Para Ulargui, “el cambio de estructura está ya en el modelo económico actual. No podemos seguir creciendo en base a tecnologías pasadas. Eso se ha puesto de manifiesto una vez más, pese a la crisis energética que está desencadenado a su vez una crisis alimentaria y de otras cadenas de valor”.
Sin embargo, la representante gubernamental en las negociaciones de la COP27 lamentó que, a pesar de que “tras fuertes negociaciones” se ha logrado mantener la ambición de la anterior cumbre de Glasgow de reducir 1,5 grados la temperatura global respecto a 1990, “no se ha dado otro paso más adelante, que es necesario”. “Heredamos en Egipto un stop the clock respecto a Glasgow en relación al incremento de temperatura”, resumió.
Por su parte, Lázaro Touza destacó el papel de liderazgo de la Unión Europea en las negociaciones multilaterales para avanzar en la lucha contra el cambio climático. “La UE representa menos del 10% de las emisiones mundiales, pero tiene planes ambiciosos y puede establecer redes de cooperación técnica con otros países, iberoamericanos por ejemplo”. Aún así, sostuvo que “en Glasgow quedó una agenda muy amplia pendiente y el distanciamiento de los grandes emisores, junto al ambicioso plan de UE y las diversas crisis, explican las tensiones que ha habido en esta COP”.
Según la experta del Real Instituto Elcano, “tenemos liderazgos climáticos bastante difuminados, en un entorno de crisis energética, situación de inflación y perspectivas económicas en deterioro, y una recuperación asimétrica tras la pandemia”. En este contexto, la UE llegó a Egipto “con un paquete de implementación muy importante que pone los pies en la tierra al Pacto Verde” y “un anuncio de que su objetivo de reducción de emisiones aumenta al 57% respecto a 1990”. “La UE está dando mensajes claros”, sentenció.
Para Lázaro Touza, “la UE es un minilaboratorio del mundo, porque tenemos que negociar mucho por la asimetría interna”. “Esto nos dificulta las cosas, pero fortalece la decisión final, y esto es lo que ha llevado el liderazgo de la UE en materia de lucha contra el cambio climático y su papel de bisagra entre geografías, que ha impulsado negociaciones, a pesar de que representa menos del 10% de las emisiones del mundo”, afirmó.
La directora general de Fundación Naturgy, María Eugenia Coronado, y el vicepresidente del Capítulo Español del Club de Roma, José Manuel Móran, destacaron la importancia de avanzar en materia de sostenibilidad para hacer frente a la crisis climática.