Un mensaje que a la vista de las captaciones de dinero nuevo del mes de octubre funciona con la misma precisión de un reloj suizo.
El mes pasado los fondos atrajeron la friolera de 2.907 millones de euros en suscripciones netas. No se había vivido tanta efervescencia en un solo mes desde el año 2008. Detrás de este movimiento están las masivas campañas de los grandes bancos españoles para vender fondos de renta fija. Esta categoría y la de gestión pasiva cargan con el peso de las suscripciones. Lo contrario sucede en fondos de renta variable y globales, donde sigue la diáspora a la caza y captura de seguridad.
Entidades como CaixaBank y Santander siguen creciendo a toda velocidad en el negocio. La primera, líder absoluto en fondos, suma más de 5.000 millones de euros en suscripciones netas en lo que va de 2022. La segunda, que ha conseguido algo más de 800 millones sólo en octubre, ha sido la última entre las grandes en lanzar nuevos productos. Concretamente fondos de renta fija a 13 meses y 19 meses con rentabilidades esperadas entre el 1,7% y el 1,8%.
Sustituir depositos
En la práctica, estos productos que con diferentes estructuras están comercializando todos los grandes bancos españoles se están convirtiendo en el gran sustitutivo de los depósitos. “De momento, la mayoría de los clientes lo están aceptando de muy buen grado. A los de mucha vinculación a los que no se puede convencer se les están ofreciendo depósitos a la carta para evitar que se marchen a otras entidades”, señalan en fuentes financieras solventes.
La realidad es que la estrategia está funcionando a la perfección. Frente al castigo a los márgenes que impone la remuneración al pasivo, la venta de fondos de inversión llena el bolsillo de las entidades en forma de comisiones muy jugosas de suscripción y de gestión. Un negocio redondo para el sector, que ha visto como las suscripciones netas de fondos se acercan ya a los 12.000 millones de euros en lo que va de 2022. El viento sopla por lo tanto muy de cola.
“Estamos en un momento ideal, porque los inversores quieren protegerse de la inflación en un contexto complicado en los mercados de acciones, que siguen pagando el efecto de la subida de los tipos de interés. Esta alza, precisamente, nos permite ahora entrar en emisiones de renta fija con cupones más altos y ofrecer a nuestros clientes rentabilidades en fondos que hace seis meses eran sencillamente impensables”, señalan en un importante banco nacional.
Con estas cartas sobre la mesa, la banca no tiene prisa alguna por resucitar la rentabilidad de los depósitos. Todo hace indicar que seguirá explotando al máximo el maná de los fondos al menos hasta que acabe 2022. Ninguno parece dispuesto a mover ficha este año a pesar de la presión creciente de los bancos medianos españoles y extranjeros, que están pagando ya más del 2% en los plazos de 12 y 24 meses. Pero la gran banca no quiere ni oír hablar del tema. Le sobran razones a la vista de cómo crece el patrimonio -lo de las rentabilidades es harina de otro costal- de los fondos de inversión.