La necesidad de evitar el colapso de las economías llevó a una bajada histórica de los tipos de interés a ambos lados del Atlántico hasta niveles negativos, nunca vistos en los mercados financieros. Los bancos centrales no se quedaron ahí, inundaron de fondos los circuitos bancarios, mediante compras de deuda, para evitar que colapsaran. Cuando se disponían a retirar las medidas, estalló la crisis sanitaria del coronavirus a comienzos del año 2020. Más de lo mismo, pero a lo bestia.
La hiperinflación ha provocado un vuelco de las reglas monetarias. La Reserva Federal mostró una lentitud inadecuada ante la subida de los precios. Pero la invasión de Ucrania por parte de Rusia extendió este problema a los precios de la energía y los alimentos.
La necesidad de controlar una inflación descontrolada ha llevado al banco central estadounidense a elevar el precio del dinero hasta en seis ocasiones en los últimos ocho meses, una de 0,25 puntos, otra de 0.50 puntos y cuatro de 0,75 puntos, para llevar el tipo de referencia al nivel del 3,75%. El BCE empezó más tarde y lo ha situado en el 2%.
“El gran problema actual se refiere a la tasa de rendimiento del lugar más seguro para estacionar y mover dinero, a saber, la deuda de EE. UU. Durante casi una década y media, las tasas de interés a corto plazo han sido negativas. Esto no tiene precedentes. Equivale a la política monetaria más laxa posible”, advierte el digital Epoch Times. “Al incentivar al capital a buscar cualquier cosa menos la seguridad y desalentar el ahorro en todas sus formas, las finanzas recibieron un gran impulso. Pero también lo hizo todo lo demás, incluida la criptografía”.
Tipos cero
Como señala este diario digital, Estados Unidos y el mundo entraron en una fase despiadada de búsqueda de la rentabilidad. El dinero a interés cero catapultó las compras de bienes inmobiliarios gracias a un crédito abundante para todos. Los hijos podían estudiar en cualquier universidad, a cambio de una deuda a interés cero, que se cifraba en cientos de miles de dólares.
La consecuencia de todo esto es que los bancos centrales van a tener que hacer un esfuerzo formidable en los próximos meses (o años) para reconducir la situación y a un precio muy doloroso para los ciudadanos. “Después de todos estos años, ahora vemos el costo en niveles intolerables de inflación. La Fed necesita ponerle fin elevando las tasas reales por encima de cero. Eso va a requerir mucho más de lo que ha hecho hasta ahora.
Y reparar realmente el daño requerirá muchos años de restauración de los balances, una reorganización de la fuerza laboral de trabajos falsos a trabajos reales, y un retorno de la cordura en los mercados financieros y la cultura corporativa”, asegura Epoch Times.