El beneficio del grupo farmacéutico se ha situado en 43,3 millones de euros a septiembre, un 20 % por debajo de los 54,7 millones contabilizados hace un año. Nos obstante, los ingresos han mantenido un buen ritmo, en especial los recurrentes, pese a la presión de los precios provocada por los mayores costes.
Esa capacidad de generación de caja, por encima de los 200 millones de euros, le ha permitido elevar las inversiones en I+D en un 23 %, hasta los 57,1 millones de euros. Oncología se ha convertido en la gran apuesta del grupo al acaparar buena parte de estas inversiones después de la dura decisión de cerrar la actividad de diagnóstico por no dar los resultados previstos.
Los operadores han valorado muy positivamente también la reducción de su deuda en 5,8 millones de euros para dejarla por debajo de los 40 millones, su nivel más bajo de los últimos 20 años. Todo un acierto, señalan, justo en un momento delicado por la subida de tipos de interés.
No es de extrañar, por tanto, el nuevo estirón dado por la acción. En apenas dos semanas ha pasado de tocar suelo en 53 euros por acción a superar con absoluta solvencia la resistencia que encontraba en 57 euros que le ha dejado en disposición ahora de recuperar y consolidar la cota de los 60 euros.
Este nivel abre las puertas de par en par a una nueva fase alcista hacia los 80 euros por acción a medio plazo, si las condiciones del mercado no vuelven a truncarla como ha ocurrido en septiembre.