Pero esta sucesión de números cada vez peores no es lo más preocupante. Lo alarmante es que en los últimos días no se ha visto apenas capacidad de reacción. A pesar de que el cambio de trimestre siempre es un momento propicio para renovar carteras y realizar nuevas apuestas de cara al cierre de 2022, los gestores no se han movido un ápice. Por el contrario, han incrementado sus históricas -por elevadas- posiciones de liquidez a pesar de unas valoraciones de derribo.
¿Qué está pasando? Básicamente, que la mayoría de las firmas está apostando por una rendición total en las bolsas mundiales. Dicho de otra forma, los inversores a medio y largo plazo están resistiendo a la tentación de entrar cada vez más convencidos de que viene por delante una caída adicional de al menos el 10%. Es lo que impone el ritmo al que se ralentizan las economías europeas, las expectativas de inflación y la subida inmisericorde de los tipos de interés.
La inflación, preocupante pero menos
“El último dato de inflación del 10% en Alemania y el conjunto de la zona euro ha sido un golpe enorme en la confianza de los inversores. Si alguien estaba decidido a tomar sus primeras posiciones en bolsa, ha cambiado de opinión. Queda mucho sufrimiento por delante y la sensación es la de que un 80% de los gestores ha cerrado sus carteras ya. El año, para bien o para mal, ya está hecho. El mercado queda ahora en manos de los operadores a corto”, señalan en una gran firma de bolsa nacional.
¿Cuánto habrá que esperar para ver la luz? Los analistas de Bankinter creen que las bolsas tocarán fondo entre el tramo final de 2022 y febrero del año que viene. Antes deben remitir la inflación y la voracidad de los bancos centrales a la hora de subir el precio del dinero. Algo muy parecido prevé Goldman Sachs, que ha rebajado su recomendación sobre las bolsas a infraponderar para los próximos tres meses. En paralelo, BlackRock y Morgan Stanley aconsejan la máxima prudencia.
La otra gran vara de medir es la de los ‘hedge fund’, que no están dando su brazo a torcer, muy especialmente en las bolsas europeas. En septiembre, en plena caída de las cotizaciones, han subido sus posiciones bajistas en todos los grandes mercados. Como los analistas y los gestores, creen que hay más recorrido a la baja por delante en unas bolsas que no presentaban un aspecto tan tétrico desde hace años. Sacar la bandera blanca es cuestión de tiempo.
“No se puede descartar un pequeño rebote a corto plazo, pero creo que será de poco calado, no más allá de un 5%, muy especulativo y efímero porque no va a contar con la participación de inversores estables. Pero la tendencia de fondo sigue siendo bajista”, asegura un reputado analista. Una opinión que coincide con la de la inmensa mayoría de sus colegas. Pocas veces ha habido tanta unanimidad con el futuro a corto plazo de las bolsas. Y pocas veces ha arrojado tanta oscuridad. Huele a capitulación.