Una de las razones de la oposición frontal del presidente del Elíseo, Emmanuel Macron, al gasoducto Midcat era su elevado coste, además de los problemas medioambientales que la faraónica obra representaba para la escasa utilidad del mismo. A falta por concretar los aspectos técnicos, el nuevo corredor verde será más costoso aún que el Midcat -más de 360 kilómetros de su trazado transcurrirán por mar- pero, según los expertos, el aprovechamiento será mayor a largo plazo, ante el papel relevante que va a suponer el hidrógeno verde en la nueva transición energética.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha reconocido que técnicamente es “más complejo”, pero más barato que la segunda opción que se barajaba por Livorno (Italia). El plazo que se prevé para su finalización es de cuatro a cinco años.
La nueva alternativa es mucho más ecológica que la que planteaba el tránsito por los Pirineos y dispone del respaldo del canciller alemán Olaf Scholz, lo que abrirá las puertas a la financiación comunitaria. En el gasoducto Midcat, dos terceras partes del presupuesto -unos 300 millones de euros- iban a ser cubiertos por Teréga, el gestor del transporte y las infraestructuras gasistas en Francia, y el otro tercio -unos 150 millones de euros- por Enagás. Del antiguo proyecto, quedaban por construirse 226 kilómetros de tubería desde la localidad catalana de Hostalric (Gerona) hasta la francesa Barbaira.
Pistoletazo de salida en Alicante
Tanto los aspectos técnicos, reparto de costes entre los tres países, desarrollo del mismo, plazos y la propia financiación se darán a conocer en la reunión que van a mantener los titulares de Energía de España, Francia y Portugal los próximos días 8 y 9 de diciembre, en Alicante.
El objetivo de los tres países es que el proyecto BarMar sea considerado de interés estratégico comunitario para que cuente con la mayor financiación europea posible. El presidente Pedro Sánchez ha anunciado que se ha invitado a la presienta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para que participe en la reunión. ”Alicante será la ciudad donde se producirá el inicio del nuevo proyecto”, ha señalado Sánchez.
La oposición francesa al Midcat se basaba en tres aspectos. Primero, ambientalmente no era bueno. Segundo, el plazo de tiempo que se necesitaba era de seis años, frente a los cuatro-cinco del nuevo tubo. Y tercero, aportaba muy poco a la seguridad energética.
Ribera, y el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, han sido las dos personas que han defendido el segundo proyecto que el jefe del Ejecutivo presentó en última instancia a Macron en la cumbre que ambos mandatarios celebraron con el primer ministro portugués, António Costa.
Desinversiones de Enagás
Tras este primer paso, la cúpula de Enagás se mueve ahora en la fórmula de financiar el proyecto y las consideraciones técnicas del mismo. En una entrevista reciente del CEO de la compañía, ha declarado a la agencia Bloomberg, que la empresa se plantea vender alguno de sus activos para financiar la construcción de gasoductos y la transición energética. En ese momento, la pelea estaba en cómo convencer a Francia y todo estaba muy en el aire.
Tras este paso, unos de los activos que figuran en el cuadro de venta de Enagás es la participación del 30,2% del capital que tiene en la empresa estadounidense de infraestructuras de gas, Tallgrass. La gasista española entró en Tallgrass en 2020 como parte del nuevo plan estratégico enfocado hacia la internacionalización en nuevos gasoductos. La compra del 30,2% le supuso al gestor de las infraestructuras en España unos 760 millones de euros y tuvo que realizar una ampliación de capital de 500 millones para su financiación.
Además de Estados Unidos, Enagás está presente en Europa, concretamente en Italia donde tiene una participación del 19% en la terminal de GAS Natural Licuado (GNL). En Grecia, es accionista de DESFA, el operador de gas griego, que cuenta con una terminal de GNL en Revithoussa.
En Latinoamérica, la compañía opera en México a través de la participación que tiene (40%) de la planta de regasificación de TLA Altamira. La red de gasoductos de Enagás tiene una extensión de más de 11.000 kilómetros, con seis puntos de conexión de gas: dos en África (Argelia), dos en Portugal y dos con Francia.
En España, la empresa tiene cuatro terminales de GNL en Barcelona, Cartagena, Huelva y Gijón. Además, cuenta con el 50% de la planta Bahía Bizkaia Gas (BBG), en Bilbao, y el 72,5% de la terminal de Saggas, en Sagunto. Es una de las compañías con más plantas de regasificación en el mundo.
Al margen de la red de gasoductos y las plantas de GNL, la empresa gasista creó en 2019 la filial EnaGasRenovable enfocada a proyectos renovables como el hidrógeno verde y el biometano. En julio pasado, dio entrada en el capital al fondo Hy24, una joint venture formada por Ardian y FiveHydrogen con un 30%. Recientemente, Navantia adquirió un 5% del capital de la filial y Pontegadea, el brazo inversor de Amancio Ortega, posee otro 5% de la sociedad verde.