Este miércoles, las acciones de Fluidra cayeron un 14,83%, como consecuencia de la revisión en las ventas y el resultado bruto de explotación (Ebitda) del tercer trimestre ante un entorno de mayor incertidumbre económica.
Las condiciones de mercado más débiles de las previstas inicialmente han obligado al líder mundial en la industria de piscina y wellness y fabricante global de equipamiento y soluciones conectadas a actualizar la evolución de los resultados en el tercer trimestre, así como las previsiones de sus cuentas para el ejercicio completo.
En el contexto actual de estancamiento y alta inflación se espera que las ventas del tercer trimestre queden en torno a los 520 millones, una caída del 7 % ajustada por divisa. Mientras que el Ebitda se situará en las inmediaciones de los 95 millones. La ratio de deuda neta en relación con el Ebitda de los últimos doce meses rondará las 2,4 veces pendiente de las cifras definitivas previstas para el próximo 28 de octubre.
Un ajuste provocado por la corrección de inventario en el canal superior a lo esperado en un entorno de mayor incertidumbre económica. Las alteraciones en la cadena de suministro, unidas a la aceleración de la demanda en 2020 y 2021, han provocado un notable aumento del stock. Un problema acelerado por la inflación ya que, en particular en Norteamérica, los distribuidores han adquirido existencias adicionales para adelantarse a las subidas de precios, aunque poco a poco se empieza a observar una normalización de los niveles de inventarios en la cadena de suministro.
Fluidra tampoco está logrando escapar al incierto contexto macroeconómico, sobre todo en Europa, lo que provoca una demanda más débil debido a la escasa confianza de los consumidores derivada del aumento del coste de la energía, otras presiones inflacionistas y la subida de los tipos de interés.
Teniendo en cuenta los resultados del tercer trimestre y las estimaciones hasta final de año, Fluidra ha ajustado sus previsiones para el ejercicio 2022. Prevé que las ventas del año se sitúen en torno a los 2.400 millones de euros. Con todo, eso implica un crecimiento cercano al 10% en términos interanuales con un Ebitda por encima de los 500 millones.
En cualquier caso, para contrarrestar este complejo entorno, la compañía está adoptando importantes medidas como el rediseño de la oferta de productos para recortar costes, racionalizar las operaciones para ser más eficientes y simplificar la organización. De este modo, confía en lograr ahorros de 100 millones de euros durante los próximos tres años.
Como muchos otros negocios en todo el mundo, el grupo viene experimentando un cambio en las condiciones del mercado. Eso no quita, como señala Eloi Planes, presidente ejecutivo de Fluidra, para que “nuestro posicionamiento nos permita seguir liderando el mercado de piscina y wellness gracias a un enfoque centrado en el cliente, la elevada calidad y servicio, la amplia cartera de productos, nuestra creciente huella geográfica y nuestra inversión en piscinas conectadas y el catálogo más amplio de productos sostenibles”.
Pese a ello, el valor se ha situado como el peor valor del Ibex 35 con una caída de más del 60 % en el año. Su perfil técnico es desolador y los expertos no acaban de ver un suelo firme donde pueda contener las pérdidas. Un negativo balance que puede dejar al grupo fuera del selectivo en la próxima revisión.