Los acuerdos re­cientes de Naturgy y Enel-Endesa con Sonatrach, un balón de oxí­geno

España tiene prácticamente cubiertas sus necesidades de gas natural para el invierno

El au­mento de las im­por­ta­ciones y la caída del 40% en el con­sumo in­dus­trial dis­paran al 90% las re­servas

Gas natural.
Gas natural.

La si­tua­ción ener­gé­tica sigue pen­diente del con­flicto de Ucrania, pero el su­mi­nistro de gas en España está prác­ti­ca­mente ase­gu­rado de cara al in­vierno. Las re­servas se en­cuen­tran al 90%, el nivel más ele­vado desde que se pro­dujo la in­va­sión rusa de Ucrania. El au­mento pre­ven­tivo de las im­por­ta­ciones y la caída de un 40% en la de­manda in­dus­trial han hecho que haya au­men­tado el vo­lumen de al­ma­ce­na­miento y que las plantas re­ga­si­fi­ca­doras estén tra­ba­jando a su mayor ca­pa­ci­dad.

El reciente acuerdo al que Naturgy llegó con la empresa estatal argelina Sonactrach refuerza aún más la tranquilidad de que el invierno puede no ser tan duro en cuanto al nivel de reservas se refiere. Tras el estallido del conflicto y los problemas de Argelia, Estados Unidos se ha convertido en nuestro principal suministrador -actualmente, representa un 26,5%- mientras que el país argelino es el segundo con un 24%.

Enel, la matriz italiana Endesa, ha firmado también a través de su matriz Enel un acuerdo con Sonatrach para el suministro de gas natural, lo que permite que tanto la demanda de las centrales de ciclo combinado como el doméstico estén asegurados.

Vuelco en el mercado

Por otro lado, el mercado ha dado un vuelco en sus comportamientos por culpa de la crisis. La caída del consumo industrial que está en mínimos ha sido el principal causante de esta bajada. Las grandes empresas electrointensivas -como las siderúrgicas, metalúrgicas, el sector azulejero y cerámicas, entre otras-, han parado parte de su producción por culpa del coste del gas.

Además, se han producido una serie de circunstancias que han permitido que el precio del gas se haya movido por debajo de las cifras a las que se encontraba la materia prima en las fechas previas al estallido de la guerra. El aumento de la producción eólica y la menor demanda doméstica por las elevadas temperaturas han permitido que las centrales de ciclos combinados hayan trabajado menos y se haya producido un menor consumo de gas.

Los ciclos combinados representan una cuarta parte de la demanda total de gas en España. Por tanto, si las renovables bajan su producción, la generación tiene que ser cubierta por el gas, lo que hace que las reservas estratégicas disminuyan.

De 300 euros a no superar los 40 euros/MWh

Todos estos elementos han servido para que los precios se hayan movido a la baja. Durante la primera quincena de octubre, el gas ha cotizado por debajo de los 80 euros el megavatio hora y en los últimos días no ha superado los 40 euros, una cifra que no se registraba desde se puso en marcha el tope del gas en España, según un informe que ha hecho público el Grupo ASE.

En el pasado mes de agosto, el precio del gas natural TTF en el mercado holandés cotizó por encima de los 300 euros/MWH, por lo que la cifra actual es algo inesperada. En la actualidad, hay barcos metaneros fuera de puerto que están esperando para descargar. Las plantas regasificadoras españolas están trabajando también a la máxima capacidad y la demanda no está absorbiendo todo el GNL que entra.

Esta caída en el precio del gas ha servido para que la luz se haya dado un respiro y que el kilovatio haya comenzado a caer. El coste del megavatio hora se sitúa en 80 euros, el nivel más bajo desde que se puso en marcha el tope ibérico del gas.

Habrá que ver si esta tendencia a la baja del gas se mantiene, algo que sin duda sería un balón de oxígeno para la industria del país. Porque por ahora las medidas incentivadoras del Gobierno no han surtido ningún efecto positivo entre las empresas electrointensivas. Hasta agosto pasado, habían cerrado en España más de 46.000 empresas, la mayoría pymes y micropymes.

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