Creen que se trata de un mo­vi­miento muy es­pe­cu­la­tivo antes de los re­sul­tados

La bolsa divide a los analistas, aunque la mayoría cree que el rebote será efímero

La con­tra­ta­ción no des­pega mucho más allá de los 1.000 mi­llones de euros dia­rios

Indra
Indra

Las bolsas mun­diales se están to­mando un res­piro en las úl­timas se­sio­nes. Después de un co­mienzo de tri­mestre triste en el que los ges­tores apenas se mo­vieron de sus con­for­ta­bles po­si­ciones de li­qui­dez, los ope­ra­dores a muy corto plazo están ha­ciendo al­gunos es­car­ceos com­pra­dores por el efecto lla­mada de unos pre­cios muy de­te­rio­rados en al­gunos ca­sos. En el caso es­pañol, el Ibex 35 sube un 4% en tres se­sio­nes. Pero la ca­lidad del re­bote arroja mu­chas du­das.

El intento de remontada divide las opiniones de los expertos. Una minoría de optimistas se está abonando a la teoría de que lo peor ya ha pasado en las bolsas, a pesar de que el Ibex aún siga bajando un 13% en lo que va de año y de que el rebote llega desde los niveles más bajos desde finales de 2020. Pero hay una mayoría de escépticos que creen que, como ya ocurrió en las dos primeras sesiones de octubre, las subidas son efímeras.

Estos expertos advierten de que este intento de reacción todavía tímido puede ser de vuelo corto. Y ofrecen como principal argumento el hecho de que el volumen de contratación que lo acompaña desde el pasado jueves sigue siendo muy discreto. En las dos últimas jornadas de la semana pasada se situó en en los 1.000 millones de euros diarios, una cifra discreta que no refleja una entrada significativa de dinero en los valores españoles. Este lunes hubo algo más de alegría, pero nada como para tirar cohetes.

Se están viendo tomas de posiciones muy selectivas en valores que han sido muy castigados en los últimos tiempos. Ahí está el caso sobre todo de IAG, a la que los inversores están redescubriendo gracias a unas previsiones de resultados -los presentará el día 28- sorprendentemente buenas de 1.200 millones de euros en el tercer trimestre. Pero también, a menor escala, de Sabadell, Naturgy, Santander o Pharmamar.

El caso es Indra

"Es un movimiento muy especulativo, que trata de aprovechar un rebote esperado a corto plazo de los valores que han caído hasta niveles de ganga. Un buen ejemplo es Indra, que sube en torno a un 5% en las tres últimas sesiones después de muchos meses de depresión tras la movida corporativa y la lucha de poder en el consejo. Meliá también rebota desde niveles de cotización de saldo", señalan en uno de los mayores bróker del mercado.

Los expertos detectan que ni la entrada de dinero en la bolsa española es generalizada ni tiene la suficiente potencia como para extenderse en el tiempo. Salvo una gran sorpresa muy, muy positiva en los primeros resultados trimestrales de las grandes empresas -Sabadell inicia el día 20 la temporada de cuentas de la banca- lo normal que es que la bolsa española vuelva a la senda de irregularidad y debilidad habitual de las últimas semanas.

El gran problema es que faltan inversores finales. Hay un miedo atroz a una corrección de mucho calado en Wall Street -de un 20%, dicen los más agoreros- si los tipos de interés siguen subiendo a velocidad de crucero. Los problemas para las grandes economías mundiales siguen creciendo, y son muchos los gestores que creen que la factura de la ralentización se empezará a ver sobre todo en los resultados empresariales del cuarto trimestre.

"Creemos que las cuentas hasta septiembre van a ser razonablemente buenas. No vemos muchas sorpresas negativas, más bien al contrario, y eso está haciendo que se tomen algunas posiciones en valores que han roto soportes de forma demasiado brusca. Pero el movimiento potencial al alza es muy limitado, porque todos tenemos la convicción de que hay que cotizar con más caídas en renta variable por el cambio de escenario macro y monetario en Europa", señala un veterano analista. De momento, la balanza de las opiniones se inclina del lado negativo.

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