Unas exigencias que dejan fuera de juego a alrededor del 80% del sector, que casi con toda seguridad optará por la disolución. Por el camino se queda una gran industria financiera que en 2015 llegó a gestionar un patrimonio récord de 34.000 millones de euros -ahora son 28.700 millones- y que, en la parte más alta de la pirámide, aún concentra a algunos de los mejores y más reputados gestores, analistas y administradores del país.
Lo que se va a producir es una fuga de talento sin precedentes en uno de los subsectores más sofisticados de la gestión de patrimonios. Las sicav muy conocidas de las grandes fortunas como Alicia Koplowitz, Alberto Palatchi o la familia Del Pino cuentan con equipos de alto nivel, con gestores y analistas muy reconocidos. Pero la relación de profesionales de este perfil se extiende a otras muchas sicav familiares con patrimonios menos espectaculares y menos visibilidad.
No todos van a caber en el nuevo escenario que provoca el cierre masivo de sicav. No todas las estructuras van a desaparecer, pero sí va a cambiar el 'modus operandi' de las sociedades y el margen de maniobra de unos profesionales que hasta ahora actuaban a pleno rendimiento en todo el universo de los mercados financieros: fondos de inversión, productos de ahorro, bolsa, renta fija, capital riesgo...
"Muchos han buscado ya nuevos destinos, o lo van a hacer en las próximas semanas. Aunque las sicav continúen su actividad con la forma que sea, ya no van a ser necesarios equipos tan grandes como hasta ahora. Vamos a ver como el mundo de la banca privada absorbe a los mejores, pero no cabe duda de que con el cierre de la sicav la industria financiera española se arriesga a perder mucho talento", señalan fuentes del sector.
Se trata de equipos de primer nivel que, entre otras cosas, han dirigido en los últimos años el mayor movimiento de diversificación de carteras de las grandes fortunas de la historia. Es decir, un proceso de diversificación internacional que hace que alrededor del 80% de los activos de estas sociedades estén ya fuera de España. Un movimiento ordenado y eficaz en el que han participado algunos de los grandes talentos del negocio de la gestión en España.
Patrimonio recolocado
Las sicav que echen el candado tendrán que tener el patrimonio recolocado en un nuevo destino en un plazo de siete meses. Las alternativas son variadas, desde traspasar el dinero a un fondo de inversión convencional o a fondos y sicav radicadas en Luxemburgo -un vía tremenda de deslocalización de capitales fuera de España, y más atractiva por ser más sofisticada para las sicav más grandes- hasta los 'hedge fund' o las carteras flexibles de las grandes bancas privadas.
El Gobierno está allanando el camino a los dueños de las sicav para traspasar el dinero a otros vehículos, hasta el punto de que si reinvierten en fondos Ucits con estándar europeo no tendrán la obligación de tributar por las ganancias. Se trata de hacer menos dolorosa la muerte lenta de un segmento que quedará reducido a la mínima expresión. Por el camino se quedan miles de millones invertidos en España por gestores nacionales.