Según datos dados a conocer el pasado viernes, la subida de diciembre ha superado lo previsto por el incremento mucho más intenso de lo esperado en el precio de la electricidad y en los alimentos. Los productos energéticos elevaron su tasa interanual hasta el 40,2%, con un ascenso mensual de la electricidad de casi el 20%. Desde diciembre de 2020, esta se ha encarecido un 72%, el gas, un 16,5% y los combustibles, un 26,1%.
En cuanto a los alimentos no elaborados, su inflación ha subido hasta el 6,5%. Dentro del índice subyacente, los alimentos elaborados elevaron su tasa de inflación hasta el 3,5%, los bienes industriales no energéticos, hasta el 1,4%, y los servicios, hasta el 1,8%.
"El incremento de la inflación en diciembre ha tenido un origen muy generalizado, lo que indica que se está produciendo un traslado de los mayores costes de producción hacia los precios finales al consumo", constata Mª Jesús Fernández, economista senior de Funcas.
Las previsiones para 2022 se han revisado al alza debido a que el resultado de diciembre ha sido superior al previsto. En el escenario central de previsiones, con un descenso del petróleo hasta los 75 dólares y una caída del precio de la electricidad en primavera, en línea con los precios reflejados en los mercados de futuros, las tasas de inflación se mantendrán por encima del 5% en los primeros meses del año antes de comenzar a descender.
Para diciembre se espera una tasa del 0,6%, frente al 0,4% anterior, con una media anual del 3,7%, frente al 2,9% de la estimación previa.