Cuestiona su idea de crecer más en hi­po­tecas fi­jas, porque las va­ria­bles ganan atrac­tivo

El Euribor trastoca la estrategia de la banca, abocada a dos años muy duros

El in­di­cador re­coge rá­pi­da­mente que el BCE man­tendrá tipos bajos a toda costa

Euribor
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Era pre­vi­sible el cambio de sen­tido del Euribor, pero no la ve­lo­cidad a la que se ha pro­du­cido. Que el mayor in­di­cador para fijar el precio de las hi­po­tecas haya caído al cierre de julio hasta una media del -0,493% sig­ni­fica que el mer­cado ha re­co­gido a ve­lo­cidad de vér­tigo las di­rec­trices de la úl­tima reunión del Banco Central Europeo (BCE): los tipos se­guirán en el mis­mí­simo suelo por más que la ame­naza de la in­fla­ción crezca.

Atrás quedan cuatro meses de suaves subidas que habían devuelto al sector financiero la sensación de un lento pero seguro cambio de tendencia. La normalidad de los tipos positivos quedaba lejos, lejísimos, pero al menos el Euribor se distanciaba poco a poco de los mínimos históricos del -0,505% marcados en el primer mes del año. Ahora vuelve a acercarse peligrosamente a una zona de mínimos con la que el sector financiero español no contaba.

El movimiento del Euribor tiene varias implicaciones para el negocio de la banca española, que en conjunto ha salido muy bien parada de la temporada de resultados del segundo trimestre de 2021. En general, el sector ha demostrado una gran resistencia en este entorno de tipos negativos a golpe de recortes de costes y de políticas muy conservadores guiadas por el propio BCE, que sólo ahora ha abierto la mano respecto a la vuelta de los dividendos.

Pero el escenario es ciertamente complejo para la banca, que con muchos problemas para poner a velocidad de crucero el negocio crediticio certifica ahora que el Euribor seguirá bajo mínimos todo este año y se mantendrá en negativo casi con total seguridad en 2022 y 2023. Con suerte, como predicen algunos analistas, dentro de dos años podría avanzar hasta alrededor del -0,250%. Por lo tanto, la banca debe prepararse para una realidad muy dura.

El abrupto retroceso del Euribor rompe, ya se verá hasta qué punto, su estrategia en el negocio hipotecario. El impacto más evidente es que las hipotecas que se revisan cada 12 meses se van a abaratar, tanto como unos 200 euros al año para una hipoteca media de 200.000 euros. Habrá por lo tanto una merma muy potente de ingresos para el sector, que cuando creía que lo peor había pasado se da de bruces con el peor escenario posible de nuevo.

Caen las cuotas

Pero esa caída de las cuotas no es la noticia más mala posible. En los dos últimos años, la banca ha potenciado hasta niveles insospechados la contratación de tipos fijos. Y ha conseguido dar un vuelco histórico a las preferencias de los españoles, hasta el punto de que la contratación en la modalidad fija ha batido todos los récords. Pero en los últimos datos oficiales de mayo se ha advertido un cambio radical que preocupa y mucho al sector.

Sorprendentemente, las hipotecas variables supusieron el 60% de la nueva contratacion (el mismo porcentaje que las fijas el mes anterior) respecto al 40% de aquellas en las que siempre se paga la misma cantidad. Un cambio de sentido tan radical de un mes para otro que, según los expertos puede ofrecer a algún factor muy puntual, como la hipoteca a tipo variable de una gran lote de viviendas en mayo a un precio también más bajo de lo normal.

Eso explicaría por qué los tipos de los préstamos bajaron tanto en mayo, mientras que los de los fijos subieron. Pero habrá que esperar a los datos de junio para ver hasta qué punto es coyuntural esta situación que, de confirmarse, iría contra los intereses del sector financiero, cuya prioridad es blindar los ingresos con hipotecas fijas más caras que las variables. Una incógnita más a la mayor que es la que provoca un Euribor de nuevo a la baja.

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