Fuentes del sector aseguran que en el primer semestre de 2021 las compras por parte de extranjeros ya están bastante cerca de los niveles prepandemia. En los tres primeros meses del año, los compradores foráneos cubrieron el 9,72% del total de las operaciones, según el Colegio de Registradores. Una cifra que implica una cierta vuelta a la normalidad y que se dispara en las grandes zonas de costa donde la presencia de estos compradores es muy potente.
Por ejemplo, según las asociaciones inmobiliarias de Baleares, alrededor del 40% de las casas que se venden en el archipiélago las adquieren extranjeros. Un porcentaje que en el caso de la Comunidad Valencia bajaría hasta alrededor de un 20%, una cifra en cualquier caso muy estimable teniendo en cuenta de dónde venimos. Por lo tanto, hay vida, mucha vida, en el segmento inmobiliario de inversores extranjeros año y medio después del comienzo de la pandemia.
La actividad es incesante en un verano en el que la costa española vuelve a estar abierta de par en par. "Los hoteles están llenos y los precios desbocados. Muchos de sus inquilinos son extranjeros que están peinando la costa española para comprar una vivienda. España sigue siendo el destino número uno de los jubilados del norte de Europa que, además del buen clima, buscan las buenas comunicaciones y los servicios médicos de calidad del país", señalan fuentes del sector.
Las mismas fuentes aseguran que en algunas zonas la demanda es ya muy superior a la de antes del Covid-19. La razón es que hay mucha demanda embalsada de extranjeros que hasta ahora habían pospuesto sus decisiones de compra. Cuando han comprobado que desaparecen en gran medida las limitaciones a la movilidad han pasado al ataque, también porque durante la pandemia los precios de la vivienda en costa han sufrido un importante ajuste.
Desigual demanda, por zonas
Aunque el movimiento es muy desigual según las zonas, dos tercios de los municipios de costa todavía registraron caídas interanuales de precio en el primer trimestre de 2021, según los datos de la tasadora inmobiliaria Tinsa. Un movimiento que empezó a revertirse en primavera y que se estaría dando la vuelta en las semanas más intensas del verano, pero que ha dejado valoraciones mucho más asequibles que el dinero internacional no está dejando escapar.
La vuelta de los compradores foráneos está detrás de las grandes cifras de compraventas de junio. Varias promotoras reconocen que en ese mes batieron todos los registros de operaciones con extranjeros, en una demostración de que estos últimos han entrado en tromba. Que el teletrabajo se haya instaurado como una opción cada vez más extendida en Europa también está detrás del despegue de las compras de viviendas de costa.
"Vamos a ver más promociones en costa, y además de primera calidad, porque el inversor extranjero está demandando un tipo de activo con espacios cada vez más abiertos. Si la demanda sigue al ritmo actual, será muy difícil dar respuesta a las necesidades del mercado", señalan en una gran compañía del sector que se prepara para activar promociones en bancos de suelo de costa que habían quedado aparcados por el Covid-19.