Una hipoteca verde es un préstamo con garantía hipotecaria enfocado a la compra, construcción o reforma de viviendas cuyas características les otorguen una buena calificación ecológica, principalmente en el ámbito de la eficiencia energética.
Este tipo de créditos dan ventajas a los usuarios en las condiciones financieras, las cuales mejoran en función de dicha calificación. Es decir, cuanto más alta sea la nota 'eco' de la vivienda, más y mejores ventajas obtendrá el hipotecado (rebajas en los tipos de interés, plazos, etc).
Requisitos y características
Para poder acceder a una hipoteca verde, el proyecto de adquisición, reforma o construcción debe contar con una calificación energética A+, A o B, las tres máximas en el escalafón de la sostenibilidad habitacional. Por consiguiente, el primer requisito para que una entidad financiera conceda un préstamo hipotecario de este tipo es presentar el certificado de calificación energética.
Como ya se ha dicho, las hipotecas verdes también se conceden para financiar la rehabilitación o reforma de inmuebles antiguos. En este caso, se debe acreditar que el proyecto a realizar permita mejorar al menos en un 30% la eficiencia energética de la casa.
El resto de condiciones no son muy diferentes a las de los créditos por vivienda tradicionales, por lo que las recomendaciones son las mismas: comparar, comparar y comparar hasta dar con la oferta que mejor se ajuste a la situación económica del usuario, así como negociar con el banco aquellas cláusulas con las que no se esté de acuerdo.
Muchas ventajas verdes
Apostar por financiar una vivienda sostenible a través de este tipo de préstamos tiene varios pluses, siendo el más obvio de ellos su menor precio. El tipo de interés aplicado será más bajo cuanto mayor sea la nota de eficiencia energética del inmueble, por lo que el crédito será más fácil de pagar.
Además, vivir en una casa con una nota A+, A o B garantiza un menor gasto, ya que el inmueble está preparado para aprovechar al máximo los recursos energéticos.
Por otro lado, las viviendas sostenibles, ya sea a través de su rehabilitación o su adquisición, son una inversión con salida en el mercado, ya que el menor consumo energético aumenta su valor.