La negociación del ajuste de plantilla en Caixabank tras la integración de Bankia ya se presumía más que compleja desde que se inició hace semanas. El periodo de negociación estaba a punto de agotarse esta misma semana, pero en la última reunión con los sindicatos se ha llegado a la decisión de que se prorrogue, sin más dilaciones según insisten, hasta el próximo 29 de junio.
Las posturas de las dos partes son muy divergentes a estas alturas, por lo que la dirección de CaixaBank gana algo de tiempo para limar diferencias y evitar la huelga general que los sindicatos habían convocado para esta semana después de los distintos paros parciales que ya habían convocado.
El acuerdo sobre el calendario fija que las reuniones se mantendrán hasta finales de mes todos los martes (este 8 de junio es la primera cita) y jueves con la finalidad de acercar posturas sobre los asuntos más espinosos o más lesivos para algunas de las dos partes.
CaixaBank ya redujo el número de despidos desde los 8.291 previstos iniciales y aumentó el número de recolocaciones hasta las 686 en distintas filiales del grupo presidido por José Ignacio Goirigolzarri. Sin embargo, desde el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) siguen protestando por la cifra inicial de despidos.
La dirección del grupo bancario parece que se ha abierto a reducir más el número de bajas, aunque considera muy onerosa la exigencia de prejubilaciones a trabajadores de hasta menos de 50 años que han planteado los representantes sindicales en las distintas reuniones mantenidas.
Los representantes de los trabajadores, con CCOO a la cabeza como la mayor fuerza sindical en el nuevo grupo como ya lo era en las dos entidades de manera independiente, insiste en que es "imprescindible eliminar los despidos forzosos", mientras que todos los sindicatos valoran como "insuficiente" lo que ellos entienden como una "respuesta fría de la dirección" respecto a su propuesta presentada hace una semana.
Éxito propio
El ajuste de la plantilla resultante de la fusión CaixaBank-Bankia se ha convertido en polémica y no sólo por el número de trabajadores afectados por el ERE planteado, el de mayor dimensión del sector bancario español y que la nueva dirección del grupo ha argumentado por los compromisos de la fusión con Bankia y sin dilaciones temporales durante los ejercicios futuros.
Varios ministros del Gobierno de Pedro Sánchez se han mostrado muy críticos con este ajuste de plantilla y con las remuneraciones acordadas para la nueva cúpula de CaixaBank. Bien es cierto, que el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, verá triplicados sus ingresos en el nuevo cargo después de años con la retribución congelada en Bankia por el rescate de esta entidad que logró enderezar.
Los sindicatos, sin embargo, parecen estar poco dispuestos a compartir "éxitos" con el Gobierno de turno, aunque puedan muchos de ellos tener una afinidad ideológica en algunos aspectos, que no en todos.
De hecho, la prórroga de la negociación se considera como un triunfo sindical y puntualizan que la desconvocatoria de la huelga anunciada para esta semana debe entenderse "como gesto de nuestra fe negociadora", indican en un comunicado.