Con la excepción de Vodafone, que no tiene la intención de renunciar a operar directamente sus infraestructuras de telecomunicaciones, las demás operadoras celebran la llegada de Cellnex. la compañía Nos necesita hacer caja con sus torres de antenas, para financiar el despliegue de la red 5G -a expensas de un laborioso y polémico sistema de subastas iniciado en diciembre de 2020 y que sigue sin final a la vista -, mientras que la francesa Altice intenta sacar el máximo de Meo (antigua Portugal Telecom) antes de ponerla en venta.
Altice ha sido la que ha cerrado con Cellnex dos de las tres operaciones realizadas en Portugal. A principios de 2020, adquirió, por 800 millones de euros, una cuarta parte de la red de antenas lusa (Portugal Continental, Azores y Madeira), o sea unos 3.000 puntos en manos de Omtel (Altice Europa y Belmont Infra Holding). Cellnex también se comprometió en invertir otros 140 millones adicionales: construirá 400 nuevas infraestructuras los próximos 4 años, y otras 350 hasta el 2027.
En setiembre de 2018, Altice ya había pasado dichos activos a un consorcio liderado por Morgan Stanley y Horizonte Equiem. Se habló, entonces, de la venta de 75% de “Torres de Portugal”, por 660 millones de euros. La segunda operación, anunciada hace unos días, fue mas modesta. Cellnex pagará 209 millones de euros por otras 687 infraestructuras de telecomunicaciones de Meo, operación que deberá recibir todavía el visto bueno de la autoridad de la competencia.
Buenos precios para todos
Nos optó igualmente por sacar tajada del interés de Cellnex por el mercado portugués. En abril de 2020 acepto desprenderse de la unidad Nos Towering, con un total de 2.000 “sites” (torres de antenas y “roof tops”), por 550 millones de euros. Cellnex pagará 375 millones a Nos, pero invertirá otros 175 millones en la instalación de 400 nuevos “sites” durante los próximos 6 años. También deberá prestar sus servicios de “hosting”a la red de Nos. Las infraestructuras pasivas son adquiridas por 15 años renovables automáticamente por periodos de 15 años.
Con más de 6.000 infraestructuras de telecomunicaciones adquiridas, incluyendo DAS y “small cells” para coberturas localizadas e “indoor” (interior de los edificios), Cellnex pasa a tener uno de sus mercados más importantes en Portugal: los activos en el país vecino representan un 10% de su cartera europea. De hecho, Portugal pasa a ser su sexto mercado más importante, aunque a gran distancia de Italia, Francia, España y Reino Unido, pero ya se pone al nivel de Suiza y supera de largo los mercados holandés e irlandés.
Margen para el 5G
Así, gracias a la llegada de Cellnex, las operadoras lusas tendrán más margen de maniobra financiera para afrontar el próximo gran reto, el despliegue de la red 5G, que sigue todavía literalmente estancado: Portugal es el único de los 24 países de la UE que sigue en el estadio cero, y gran parte de la culpa la tiene la autoridad del sector, Anacom, que tiene planteados sendos procesos judiciales y administrativos anunciados por las tres operadoras nacionales, Altice (Meo), Nos y Vodafone.
El proceso empezó a finales de 2020. La primera fase, reservada a nuevos agentes fue rápida. Anacom no comunico los resultados oficiales, pero se sabe que la recaudación superó los 84 millones de euros. Y se da por seguro que Más Móvil se hizo con tres bloques de espectro de 1800 MHz. La operadora española actúa en Portugal, con Nowo y Oni, pero solo contempla construir su red 5G en Lisboa, Oporto, Faro y en áreas densamente pobladas: durante 10 años los nuevos “players” utilizarán las redes de los grandes operadores para dar servicios roaming.
De ahí la dura reacción negativa de Meo, Nos y Vodafone, que amenazan a Anacom con todo tipo de acciones judiciales. Así, además de tener que poner sus redes a la disposición de nuevas rivales, contestan las tasas de cobertura exigida por Anacom –el servicio 5G deberá alcanzar 75% de la población para el 2023 y el 95% en 2025– e igualmente un eventual cambio del modelo de la subasta: tras 110 días de licitaciones, que ya habrán superado los 400 millones de euros, la reguladora quiere intensificar, unilateralmente, el pesado y lento ritmo diario de las ofertas.
Huida de Altice
Hasta es posible que la francesa Altice no espere a las licencias 5G para hacer oficial su decisión de dejar Portugal. Lo cierto es que en el sector ya se da por descontado que el dueño de la operadora, Patrick Drahi, agobiado por la deuda de Altice Europa (ya superaba los 30.000 millones de euros antes de antes de adquirir un 12,1% de British Telecom por 2.500 millones) solo espera el momento más oportuno para poner en venta la antigua Portugal Telecom, por la que pagó, en 2014, a la entonces propietaria brasileña Oi, unos 5.800 millones de euros.
Telefónica se lo piensa
De lo que más se habla ya en el sector, es de los “novios potenciales” de Meo, al que Altice ya habrá puesto un precio situado en torno a los 6.000 millones de euros. Pese a tener aun en manos la adquisición de Euskaltel, Mas Móvil es quizás el que más sale en los pronósticos. Del mismo modo que Telefónica, que llegó a tener un 10% de la antigua PT, con que conoce de sobra el mercado portugués. También se especula sobre el interés eventual del galo Orange, que estuvo con Sonae en Nos. Sin olvidar el fondo KKR, que llegó a controlar Nowo y Oni.
Mientras tanto, Patrick Drahi, que habrá contratado la banca de inversiones Lazard para preparar la operación, seguirá sacando el máximo provecho de Meo. Es lo que lleva haciendo los últimos tiempos, en los que recuperó mas de 2.000 millones de euros con la venta de activos, como la red de fibra óptica y las infraestructuras de telecomunicaciones adquiridas por Cellnex. Lo que hizo igualmente, al frente de Meo, fue reducir al mínimo la plantilla: en 2014 la antigua PT tenía 11.000 funcionarios, y para final de año Meo solo prevé tener unos 6.500.