La última gran crisis, la de los años 2008 a 2012 catapultó un cambio sustancial en el tejido productivo español. Hasta entonces, sólo las grandes empresas conocían los mercados internacionales. Durante esos años, cualquier empresa que pretendiera sobrevivir tenía que internacionalizar su negocio.
La Comisión Europea ha pronosticado un crecimiento del 5,9% para la economía española en 2021 y otro 6,8% para el próximo año. Lo mismo que la caída del PIB de un 10,8% durante el pasado año supuso un hándicap para el tejido empresarial, la explosión alcista que se augura ahora va a disparar la actividad de muchas empresas. Sobre todo en los sectores turísticos y los relacionados con el consumo.
Los expertos vuelven la vista hacia la clásica receta de la diversificación, que siempre se ha convertido en el “analgésico” por antonomasia en todas las etapas de recesión económica. Pero también aconsejan la mesura, para evitar que el fuerte tirón de la actividad pueda hacer tomar decisiones que sean nefastas después de un par de años. El crecimiento, el desarrollo y la diversificación deben estar muy controlados.
Las recetas
Simplicidad, una cultura empresarial autóctona, claridad en la actividad y mantenimiento de la estructura son las cuatro palancas fundamentales para el diario digital Ezanime. Todo ello, sin despreciar los avances tecnológicos, muchos de los cuales han logrado un desarrollo y un conocimiento sin precedentes durante la pandemia, como es el caso de las plataformas de videoconferencias.
La revolución tecnológica ha dado un salto de años y ninguna compañía debe dar la espalda a los avances en este ámbito. Pero, como asegura Ezanime, resulta fundamental que las compañías apuntalen el estado moral de sus plantillas: “los períodos de transición pueden provocar grandes trastornos entre los trabajadores. Pueden tener miedo de perder sus trabajos, preocuparse por posibles contratiempos o estar confundidos acerca de lo que implica el proceso. Alivie sus miedos y aliente su participación pidiéndoles sugerencias y recomendaciones”.
La reputada consultora empresarial KPMG define las siete claves “que permiten desarrollar con mayor claridad la estrategia de cara a la nueva realidad” económica. Algunas de ellas coinciden con las formuladas por otros expertos.
El decálogo de KPMG comprende estos deberes: transformación digital y tecnológica, financiación para afrontar el futuro, claridad en la información financiera, gestión de personas, oportunidades en la legislación, cadena de suministro y proteger el negocio.