Si bien las medidas adoptadas para contener la pandemia han provocado un retroceso del 6% en el proceso de reciclaje de vidrio durante 2020, lo cierto es que el consumo de este tipo de envases mantiene unas elevadas proyecciones para los próximos años superiores incluso a las registradas en el último lustro.
Según un reciente informe de Vidrio España, la asociación española que integra a las empresas del sector, esta industria incrementó un 36% su cifra de negocio en España entre 2014 y 2019 llegando a obtener un volumen de ventas de más de cuatro millones de toneladas en ese último año, con un valor superior a 2.000 millones de euros.
Una cifra a la que se debe sumar la fuerte contribución ambiental y social gracias tanto a las fuertes inversiones realizadas en tecnología para reducir la generación de CO2 por cada tonelada producida como a la reducción de emisiones derivadas del reciclado de este material.
Eso justifica el fuerte crecimiento experimentado por el consumo de envases de vidrio de los hogares que a lo largo de 2020 han contribuido a compensar la caída del canal de la hostelería y la restauración por las restricciones a la movilidad.
Este contexto explica por qué Vidrala se encuentra entre los valores más recomendados del mercado español. Después de cerrar 2020 con un aumento de sus beneficios del 12%, el primer trimestre del año ha comenzado en la misma línea ascendente.
Su resultado neto atribuible entre enero y marzo ascendió a 32,7 millones de euros, un 9,7% superior a igual período del año anterior, aunque las ventas se han deteriorado un 3,3%, hasta los 235 millones de euros a la espera de que la hostelería recobre la normalidad.
El resultado bruto de explotación, Ebitda, superó los 62 millones de euros, con un avance del 4,1%, equivalente a un margen sobre las ventas del 26,5%. De sus cifras, los operadores destacan, sobre todo, su saludable posición financiera. La deuda a marzo se ha situado en poco más de 210 millones de euros tras reducirla en un 33%, con una ratio de apalancamiento de 0,7 veces el Ebitda acumulado en los últimos doce meses.
Todo ello gracias a una excelente gestión de los costes operativos, con políticas proactivas de cobertura. Eso está permitiendo a Vidrala evitar en buena medida la presión en ciertos costes de producción y mantener unos márgenes elevados.
Aunque los recientes máximos en su cotización en marzo, cuando llegó a cotizar por encima de los 100 euros por acción, han provocado una lógica retirada de beneficios y un consecuente ajuste de posiciones, los operadores señalan que el valor sigue manteniéndose firme sobre los niveles de principios de año. Una vez haya digerido este ajuste, lo más probable, señalan, es que Vidrala vuelva con cierta rapidez hacia sus máximos.