Dos premios nobeles, uno japonés e hindú el otro, recordaban a propósito de las innovaciones tecnológicas derivadas de la Inteligencia Artificial, los efectos de la Revolución industrial en el número de ocupados. Los puestos de trabajo cayeron verticalmente desde esa primera revolución industrial, cuyos efectos durarían más de 100 años.
Solo después de transcurrido ese largo período de tiempo, mejoraron las condiciones de trabajo y se recuperó la caída en el nivel de vida. Muchos trabajadores, hiladores y tejedores, fueron expulsados de su puesto de trabajo. La tecnología de aquella primera revolución industrial está en el auge del esclavismo, algodón para las nuevas hilaturas y telares, y el enfrentamiento de clases que alumbró, mantienen los nobeles, los totalitarismos nazis y estalinista.
Cuando Lord Keynes regresó de una visita a la URSS, alertó a los parlamentarios británicos: “También aquí puede repetirse el éxito de los Soviets si no corregimos las desigualdades” (“The Seven Lifes or Mr. Keynes”). Los noveles siguen en la misma línea: Los defensores de la IA tienen una base científica equivalente a la versión del oráculo de Delfos.
En Bélgica según me entero se ha decidido que la TV reduzca sus prolijas informaciones sobre el Coronavirus y comente otras noticias que suceden en nuestro mundo. ¿A caso nuestra TV ha dicho algo sobre “el proyecto europeo con un carbon club que prohibiría la importación de este combustible procedente de países que no estén siguiendo las directrices del Acuerdo de París? ¿Alguna noticia sobre el mayor coste en la edificación de rascacielos para intentar evitar incendios como el sucedido en las London Towers con sus decenas de muertos?
Irlanda ha decidido reducir la fiscalidad en las áreas rurales, una iniciativa interesante digna de estudio, aunque no sea más que para contrarrestar el efecto llamada de la Comunidad de Madrid, y sobre todo el que ejerce Andorra sobre nuestros Youtubers y Moteros de Élite.
De las corrupciones cosmopolitas ninguna noticia en los noticieros, todo queda en casa. Ningún comentario sobre los enredos del financiero australiano Greensill y sus amigotes, el saudí Mohamed Bin Salman y el asesor común David Cameron. Hay una especie de muro de Berlín en los medios televisivos españoles entre España y el resto del mundo. Basta contrastar el breve resumen de noticias de Euronews u otras cadenas internacionales de los prolijos y vacíos de contenidos de los telediarios nacionales.