Sin embargo, este ingenio, impulsado al espacio por un cohete Soyuz 2.1a (otro nombre histórico) tiene poco que ver con los 'mamotretos' que yanquis y soviéticos arrojaban a las estrellas durante la carrera espacial. Entonces, los satélites eran del tamaño de un camión; el Enxaneta, por el contrario, es apenas mayor que una caja de zapatos. Su desarrollo y cometido son también bastante diferentes.
Un ejército de 'minisatélites' con firma catalana
Enxaneta tiene como principal objetivo mejorar la cobertura del IoT (Internet de las cosas, por sus siglas en inglés) a través de la tecnología 5G. De forma secundaria, la cobertura extra que proporcionará el satélite permitirá también llevar a cabo funciones de monitoreo de reservas de agua, cultivos o fauna local.
El lanzamiento de Enxaneta es sólo la primera fase de una hoja de ruta con la que el Ejecutivo catalán prentende transformar las comunicaciones. A esta El proceso continuará con la puesta en órbita de una segunda máquina de las mismas características, hasta culminar con toda una flota de nanosatélites (se espera que lleguen a 16 a finales de 2022), que darán servicio tanto al sector público como a las empresas.
Las empresas adjudicatarias del proyecto son la barcelonesa Sateliot y la británica Open Cosmos, beneficiarias de sendas licitaciones que rozan los dos millones y medio de euros en total. Sateliot ha sido la encargada del diseño, desarrollo y lanzamiento del Enxaneta, mientras que Open Cosmos lo será de su satélite 'hermano', en el marco del programa NewSpace de Cataluña.
NewSpace pretende ser uno de los catalizadores de la industria aeroespacial catalana, de la que la Generalitat espera que genere 1.200 puestos de trabajo y 280 millones de euros en el próximo lustro. Para alcanzar estas cifras, el Govern tiene previsto 'regar' el sector con 18 millones de euros los próximos cuatro años.