Entrecampos, Home Capital Rentals, All Iron Re o Quid Pro Quo cerraron operaciones en inmuebles residenciales con una superficie total de unos 10.000 metros cuadrados, buena parte de ellos en grandes capitales como Madrid y Sevilla. El objetivo de estas transacciones es poner en el mercado más viviendas de alquiler en distintas modalidades, desde el arrendamiento clásico hasta el de corta y media estancia a la medida de colectivos muy concretos.
Son sólo el último ejemplo de un movimiento que coge velocidad en el transcurso de una pandemia que a la rebaja del precio de los activos inmobiliarios une un cambio de hábitos sin precedentes de los ciudadanos, especialmente visible en el ámbito del 'real estate'. De fondo, las socimi están apostando porque el producto residencial será uno de los grandes soportes de la recuperación económica en España. Un valor seguro, como lo ha sido históricamente.
"El negocio del alquiler se va a reactivar con fuerza cuando pase lo peor de la pandemia y se restablezca la normalidad. Hay un déficit evidente de vivienda en arrendamiento de calidad y las socimi están aprovechando el momento para comprar a precios razonables y preparar el futuro inmediato. Va a haber más compras en los próximos meses porque se cree que el alquiler de vivienda crecerá con fuerza a partir del año que viene", señalan fuentes del sector.
Las cifras de las socimi que dan el salto a la bolsa dicen bien a las claras por dónde van las preferencias del sector. Según un estudio de Armanext, la primera firma española autorizada por Euronext para incorporar pequeñas y medianas empresas y socimis a las bolsas de París y Lisboa, casi el 43% de las socimi que empezaron a cotizar el año pasado en BME Growth y en Euronext contaban en sus carteras con activos residenciales.
La cifra, que contrasta con el alrededor del 40% de socimis que tenían este tipo de activos en cartera hace ocho años, cuando empezaron a salir a bolsa, es muy superior al 28,6% que el año pasado suponían las oficinas, el 21,4% de los hoteles y locales, el 14,3% de los centros comerciales o el 71,5% correspondiente a naves, terrenos y gasolineras. Además, los activos residenciales representaban algo más del 30% del valor de las carteras, 10 puntos porcentuales por delante de las oficinas.
"Es posible que en los próximos cinco años se complete una transformación radical del mercado de viviendas en alquiler en España gracias al impulso de las socimi. Este producto les permite diversificar sus ingresos en un negocio relativamente estable que volverá a ser pujante en las grandes capitales españolas", señalan fuentes del sector que recuerdan que la caída de los precios del alquiler durante la pandemia se compensan con la mayor asequibilidad para comprar inmuebles en plena rebaja de las valoraciones de los activos.