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Codere se agarra a un clavo ardiendo

Los úl­timos mo­vi­mientos de Codere para re­es­truc­turar su deuda han ge­ne­rado gran ner­vio­sismo entre sus ac­cio­nis­tas. La pri­mera reac­ción ha sido un alu­vión de ventas casi a cual­quier pre­cio, lo que ha puesto en pe­ligro im­por­tantes ni­veles téc­nico.

La empresa de apuestas cerró la semana pasada un importante acuerdo con un grupo significativo de acreedores, titulares de la mayoría de los bonos de la sociedad. Una operación en la que los minoritarios, como viene siendo habitual en este tipo de situaciones, vuelven a ser los principales perjudicados.

Este acuerdo contempla una inyección de 225 millones de euros a fin de garantizar sus necesidades de liquidez y la actividad hasta la reapertura total del negocio tras la pandemia. Un clavo ardiendo al que aferrarse en busca de salir de la profunda crisis por la que atraviesa.

El ingreso de estos nuevos fondos se producirá a través de una emisión adicional de bonos por un importe de 100 millones, de los cuales 30 millones se aportarán de manera inmediata y 70 millones antes de finales de mayo. Además, incluye un segundo tramo de hasta 125 millones adicionales una vez se cierre el proceso de reestructuración.

Por otra parte, los acreedores han aceptado capitalizar más de 350 millones de euros de deuda, correspondiente a parte de los bonos existentes. Esta operación supondrá una relevante reducción de los actuales niveles de endeudamiento, que quedaría en torno a los 700 millones. Al tiempo, se extenderán los actuales vencimientos en al menos tres años, que pasan en su totalidad a septiembre de 2026 y a noviembre de 2027.

Con la culminación del proceso de reestructuración, se creará una nueva cabecera del grupo, Nueva Topco. Los acreedores de los bonos pasarán a tener un 95% del capital de esta nueva sociedad holding y los actuales accionistas un 5%, quienes. En su caso, al menos, obtendrán unos "warrants" que les darán derecho a recibir hasta un 15% de una valoración superior a los 220 millones en una eventual futura venta de la compañía u operación similar en el plazo de 10 años. Un aspecto que no ha sido suficiente para reducir las tensiones sobre la cotización en los mercados financieros.

Además, la compañía planea solicitar la liquidación de Codere proceso que permitiría que sus actuales accionistas pudieran pasar a tener participaciones en el capital de la nueva cabecera del grupo u, opcionalmente, una compensación económica que resultaría de la venta de la parte proporcional de sus acciones.

Con la implementación de esta reestructuración, que previsiblemente concluirá a principios del cuarto trimestre del año, Codere espera asegurar el futuro de la compañía, que tiene más de 10.000 empleados. Codere registró unas pérdidas netas de 236,6 millones en 2020, casi cuatro veces más que en el ejercicio anterior, debido a los cierres de establecimientos de juego a causa de la pandemia y, en menor medida, a la devaluación de las divisas de los países donde opera.

El valor cerró el viernes con una caída del 18% tras conocerse la reestructuración para deslizarse hasta poco más del euro por acción. De perder esta cota, su cotización podría ahondar los mínimos absolutos registrados en junio del año pasado.

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